La confianza se aniquila
cuando entre la confusión,
para la vacunación
unos se “saltan la fila”.
Ya se oye la retahíla
de reclamos en caudal.
Lo etiquetan de ilegal
algunos, otros de abuso
y tal proceder obtuso
al menos es “inmoral”.
La primera autoridad
ordenó que se investigue
y en su caso se castigue
esta irregularidad.
Ya saben la identidad
del que hizo el malabarismo.
Tratarán con rigorismo
el caso en particular,
pues se debe de cortar
de tajo el influyentismo.
También merece pancarta
el caso de un ciudadano,
vacacionista poblano
que andaba en Puerto Vallarta.
A media calle se infarta
y a camilleros en breve,
manifestarles se atreve
que solo tres días pasaron,
de que le diagnosticaron
tener covid diecinueve.
Desde luego lamentable
en este duro momento,
tenga ese comportamiento
totalmente irresponsable.
Sin duda será culpable
de contagios en su casa
y los límites traspasa
al transitar de esos modos,
quiere contagiar a todos?
qué nos pasa… ¡qué nos pasa!.