De algún modo nos conmueve
que por fin llegaron unas,
diecinueve mil vacunas
contra el covid diecinueve.
Aplicárselas se debe
con la mayor prontitud,
al personal de salud
que su vida arriesga a diario,
en trabajo extraordinario
con la mejor actitud.
Las enfermeras, doctores
y toda especialidad,
con mayor seguridad
realizarán sus labores.
En medio de los fragores
de la pandemia voraz,
sigan su accionar audaz
pero se cumpla el presagio,
de que al pescar un contagio
no se pierda ni uno más.
Aunque persiste el temor
que por su trabajo diario,
de algún modo involuntario
del virus sea portador.
Puede ser el receptor
mientras pacientes auxilia.
Pasará triste vigilia
si por cosas del azar,
él mismo vaya a llevar
el contagio a su familia.
Superar duro periodo
que se ha vuelto universal,
a este heroico personal
de ayudarlos hay un modo.
Pero es necesario todo
un esfuerzo solidario.
Tanto obrero y empresario
guardar las reglas procure,
para que no se sature
el sistema hospitalario.