Como una espina clavada
en corazón mal herido,
es el desastre ocurrido
en mi tierra ensangrentada.
Con la faz desencajada
se interpretan los relatos.
Que entre pleitos y arrebatos
e irascible verborrea,
se fue fraguando la idea
de estos doce asesinatos.
Por división o venganza
que no ha salido a la luz,
en Las Choapas, Veracruz
esa terrible matanza.
Motivan a desconfianza
los comentarios primeros.
El gobierno en sus esmeros
sin más investigación,
lo atribuye a división
entre grupos ganaderos.
Allá en la sierra lejana
donde gente pasa apuros,
con caminos inseguros
fue la cacería humana.
Y de buena o mala gana,
mirando los resultados
de sucesos desdichados,
se intuye por las tormentas,
que es un ajuste de cuentas
entre dos grupos armados.
Ante el juicio popular,
con peroratas intensas,
los grupos de autodefensas
ya no se pueden negar.
Hacen “defensa” ejemplar
cuando hay algo que amenace.
Pero si en discordia nace
violencia contra violencia,
puede dar por consecuencia
“lamentable desenlace”.