Dentro de la efervescencia
de ésta etapa electorera,
no se ve alguna manera
de controlar la violencia.
Son notorios en esencia
los ataques inusuales
y quienes eran neutrales
ahora juegan otro rol,
porque quieren el control
unos grupos criminales.
Quién asesinó se ignora
a Abel Murrieta en la vía,
candidato a la alcaldía
allá en Cajeme Sonora.
Aspirante a quien le llora
Movimiento Ciudadano.
Otro ataque que fue en vano
tuvo Blanca Tziu Muñoz,
en Quintana Roo, que Dios
le hizo un milagro de plano.
Candidato en Tezonapa
por Encuentro Solidario,
de un espantoso calvario
Joel Méndez no se escapa.
Le piden salga del mapa
de la política escena.
También ha sufrido pena
quien pretende día tras día,
de Las Chopas, alcaldía
por el partido Morena.
Desesperante en verdad
que haya de éstos tantos casos,
sin que se den firmes pasos
por lograr seguridad.
Va en aumento la maldad
según se asienta en cuadernos.
En los informes alternos
inseguridad repunta,
solamente la pregunta
es ¡quién podrá defendernos!