Sin intentar ser metiche
en problema familiar,
la historia voy a contar
de mi compadre “El Ceviche”.
Siempre anda como trapiche
con la cruda o borrachera
y en un problema cualquiera
del que no hizo buen encuadre,
provocó que la comadre
le saltara como fiera.
Por desacuerdo sencillo
empezó la discusión,
que creció de sopetón
como llama de un cerillo.
Ella que coge un martillo
y lo esgrime con presteza,
el con bravatas empieza
pero ella como balazo,
que le pone un martillazo
en medio de la cabeza.
Va la sangre a borbotones
rodándole por la cara,
con dificultad se para
sin tomar sus precauciones.
No entiende de explicaciones
ni se controla ante nada.
Con la cabeza rajada
y mentando cuanta madre,
que se agarra a la comadre
y le pone una trompada.
Muy pronto la policía
aplacó con su presencia,
la ensangrentada pendencia
y evitó más avería.
“Ceviche” con su alcancía
está bravo como un león,
pero pronto en el colchón
aunque el dolor lo taladre,
hallará con la comadre
grata reconciliación.