Hay conmoción verdadera
sin carácter eufemístico,
en el gremio periodístico
por muerte de Antonio Helguera.
Colectividad entera
refleja dolor sincero.
Por quien fue buen compañero
y en su línea gran artista,
genial caricaturista
reconocido “monero”.
Con la certeza indudable
producto de admiración,
se escucha la afirmación
que es “pérdida irreparable”.
Hizo trabajo notable
con sus atinadas críticas.
Reflexiones analíticas
en una caricatura,
mostraban de forma dura
sus convicciones políticas.
Por su claro virtuosismo
en labor dentro del gremio,
se hizo ganador del Premio
Nacional de Periodismo.
Abordó con rigorismo
muchos temas de gran peso.
Dejó su trabajo impreso
con la crítica acertada,
en el diario La Jornada
y la revista Proceso.
La partida fue temprana
del que además de humorista,
fue buen caricaturista
de gran calidad humana.
Ya no habrá su cotidiana
sátira tan personal,
señalando por igual
con su ironía granítica,
hacia la clase política
o la clase empresarial.