Se viven duros momentos
en Alemania y Madrid,
protestas anti covid
generan enfrentamientos.
Manifestantes por cientos
demuestran antipatía.
Con exceso de energía
dicen que son arbitrarias,
restricciones sanitarias
inútiles en teoría.
En verdad se vieron pocas
personas en la protesta,
que de forma manifiesta
usaron su cubre bocas.
Muchos a tientas y a locas
hicieron actos brutales.
Extremistas radicales
en multitud se ampararon,
“hostigaron y atacaron”
a elementos policiales.
Como una clara tendencia
grandes empresas se unen,
empleados que se vacunen
se está volviendo exigencia.
Por lamentable experiencia
gigantes corporativos,
ante sucesos nocivos
establecen sin polémicas,
sus restricciones pandémicas
en planes operativos.
Sin embargo hay ciudadanos
que las reglas interpelan
y que de inmediato apelan
a sus derechos humanos.
Sabemos de otros fulanos
en tierras veracruzanas,
que apoyan con frases vanas
brillo de las marquesinas,
de los bares y cantinas
en vez de vidas humanas.