Otro hecho se desarrolla
que es de llamar la atención,
en cuanto a la detención
que hacen de Emilio Lozoya.
El problema se le embrolla
por la falta de soporte.
Ha decretado la corte
se le quite el brazalete,
a cambio de ello lo mete
en el Reclusorio Norte.
Una foto relevante
lo ubica en suntuosa cena,
muy quitado de la pena
en lujoso restaurante.
Esa actitud arrogante
causó muy mala impresión.
Lo mandaron a prisión
sin aviso bruscamente
y todo por su insolente
acto de provocación.
Protegido del Estado
de acuerdo a sus intereses,
poco más de quince meses
desde que fue extraditado.
A setenta ha señalado
que sobornos hizo entrega.
Las acusaciones riega
sin comprobar nada en serio,
además de que a “Criterio
de Oportunidad” se apega.
Con Lozoya se ha hecho ruido
por nombres y caras nuevas,
aunque para ofrecer pruebas
seis prórrogas ha pedido.
Tranquilo estaba en el nido
con su porte de catrín,
ahora en una cárcel ruin
tendrá prisión cautelar,
esto le vino a pasar
por un “pato a la Pekín”.