Hubo mensaje cristiano
que aborda problema real,
en la audiencia general
que se hizo en El Vaticano.
Con ese lenguaje llano
en veces un tanto arisco,
remarcó como asterisco
en un ingenioso exhorto,
que a más de uno dejó absorto
de nuevo el Papa Francisco.
Dijo que a su parecer
nos va acercando al abismo,
que algunos por egoísmo
hijos no quieran tener.
Es triste que una mujer
niegue la maternidad,
o el hombre paternidad
porque eso solo nos deja,
una población más vieja
y nos quita humanidad.
Cambiemos la condición
de ese futuro epitáfico,
del “invierno demográfico”
con generosa visión.
El proceso de adopción
muchas veces reconcilia
y de tal modo se auxilia
a compensar con cariños,
la vida de tantos niños
que buscan una familia.
Hay algunos insensatos
que a los hijos abominan,
en vez de ellos se inclinan
por tener perros o gatos.
Se pierden por timoratos
de la vida lo esencial,
pues siendo ley natural
multiplicarse de fijo,
procrear con amor un hijo
es ¡ bendición celestial !.