“Quien mal anda mal acaba”,
en los vicios y peleas,
piensa que obtiene preseas
y su vanidad alaba.
Le temen su reacción brava,
a quien se le enfrenta hiere,
también con violencia muere
pues lo que sembró recibe,
en fin: “El valiente vive
hasta que el cobarde quiere”.
“En el modo de escupir
se conoce al que es baboso”,
tal adjetivo injurioso
es fácil de descubrir.
Cuando alguien quiere lucir
diciendo todo al revés,
se identifica como es
en cuanto la boca abra,
“El valiente de palabra
es muy ligero de pies”.
“No hay enemigo pequeño”
es dominio popular,
no nos debemos confiar
o nos quitan lo risueño.
Tú traicionaste mi empeño
creí que éramos amigos,
tengo sobrados testigos
que eres como Belcebú,
“Con amigos como tú
no me hacen falta enemigos”.
“El que lo ajeno desea
siempre lo suyo lo pierde”,
para entonces le remuerde
la malograda pelea.
Si por una mala idea
te olvidas de lo que amas
y al cielo obstinado clamas
por lo prohibido obtener,
piensa que puede doler
el “Andarse por las ramas”.