Caso que aquí se señala
por lamentable y curioso,
lo detallo minucioso
aunque pasó en Guatemala.
A los sentimientos cala
los gritos que se escucharon.
De una madre taladraron
los clamores de ¡ justicia !
según dice la noticia
gritaba: “me lo mataron”.
Salió en su suerte maldita
al trabajo acostumbrado,
era el hijo asesinado
le decían la Tortolita.
La madre exigente grita
en medio de patatuses,
fuera de sí, a todas luces
para que su voz se irradie,
“él no se metía con nadie
solo asaltaba autobuses”.
Como no fue suficiente
dijo prendiendo la alarma,
que nomás usaba el arma
para asustar a la gente.
Aseguró finalmente
con derroche de energías,
que el hijo en sus travesías
a nadie iba a lastimar,
solo salió a trabajar
tal como todos los días.
Pasajero decidido
le disparó al asaltante,
que cayó muerto al instante
y el compinche detenido.
El relato hoy compartido
es de análisis materia.
La cosa se vuelve seria
si aceptamos como real,
que es un problema social
la ignorancia y la miseria.