Para andar por los senderos
del más remoto lugar,
AMLO quiere rescatar
los trenes de pasajeros.
Nuevamente los viajeros
gozarían de los vaivenes,
andarían viejos andenes
y en vetustas poblaciones,
folclóricas estaciones
de los añorados trenes.
Por “concesiones” amargas
de Zedillo, el presidente,
nos dejaron solamente
enormes trenes de cargas.
Hizo transacciones largas
acuerdos un tanto extraños,
todos con olor a amaños
pues sin más explicaciones,
las vías dio en concesiones
de veinte y cincuenta años.
A empresas hizo el favor
Zedillo y en consecuencia,
al dejar la presidencia
lo llevaron de asesor.
Debemos a ese señor
someterse a compañías,
que impiden hasta estos días
apoyados por burócratas
y corruptelas tecnócratas,
multiuso de las vías.
Aunque haya buena intención
de ésta idea al parecer,
el trabajo debe hacer
próxima administración.
Si logran realización
de tal proyecto fecundo,
sería un éxito rotundo
al lograr cuando se estrene,
la calidad que se tiene
en otras partes del mundo.