Sé muy bien que no moriste
por la ausencia de mi amor,
tal vez hoy vivas mejor
de cuando me conociste.
Con suicidio, me dijiste,
replicaré lo perdido,
pero al doliente quejido
que se estremeció en el viento,
el cielo en breve momento
le hizo llegar el olvido.
Cierto, fue muy doloroso
el separarnos los dos,
pero no mata un adiós
por más que sea tormentoso.
Y es que del vino espumoso
solo bebe aquel que quiere,
aunque el tiempo desespere
y sientas marchita el alma,
habrá de llegar la calma,
que de amor nadie se muere.
Puede una inmensa pasión o un amor incomprendido,
arrojarte en el olvido y perturbar tu razón,
Podrás con exaltación hasta invocar a la muerte,
si te traiciona la suerte con una pasión ingrata,
pero amor que no te mata,
¡Seguro te hace más fuerte!