Se ha armado grande mitote
por un video en las redes,
donde con sorpresa accedes
al actuar de un sacerdote.
No hay modo que se encapote
la acción que allí se precisa.
Mucho menos causa risa
su grotesca verborrea,
cuando a un perrito patea
porque “interrumpió” la misa.
Por su actuar entre reveses
en el estado de Hidalgo,
también se dice que algo
molestó a los feligreses.
Resintieron que intereses
religiosos al azar,
están fuera de lugar
y por diversos abusos,
se unieron según sus usos
a otro párroco expulsar.
Información nos detalla
que entre grupos descontentos,
gritaban más de quinientos
¡que se vaya, que se vaya!.
El motivo se subraya
de enorme gentío era,
atraparlo a su manera
y hacerlo comparecer,
pero se logró perder
por una puerta trasera.
Le acusan entre otros males
que escudado en sus sotanas,
discrimina a las lesbianas
trata mal a homosexuales.
A los grupos pastorales
eliminó simplemente.
No le preocupa realmente
lo que es la feligresía,
y su trato como guía
para nada es incluyente.