Causó miedo y confusión
como inicuo barbitúrico,
el movimiento telúrico
que sorprendió a la nación.
Hubo desesperación
por Colima y esa zona,
muchos daños ocasiona
y en el perjuicio causado,
además de un lesionado
la muerte de una persona.
Dieron con exactitud
según datos asentados,
siete punto siete grados
del sismo la magnitud.
Prolongada la inquietud
incertidumbre y temor,
porque en lapso posterior
dicen los que hicieron cuentas,
que fueron más de doscientas
las réplicas del temblor.
En el Servicio Geológico
de los Estados Unidos,
aseguran convencidos
que no es nada cronológico.
Pensar eso sería ilógico
pues se apoyan en la ciencia,
aunque al mirar la frecuencia
del septiembre diecinueve,
cualquiera a pensar se atreve
de que ya no es coincidencia.
Pero el pueblo mexicano
que de todo hace una broma,
el terremoto lo toma
llevándolo a chusco plano.
A calendario cristiano
han expresado el deseo,
que sin mediar papeleo
un nuevo santo se apruebe
y en septiembre diecinueve
celebren “San Goloteo”.