La Auditoría Superior
Federal, por lo encontrado,
denuncias ha presentado
producto de su labor.
No son delito menor
que se adorne con discursos,
más bien es que en los transcursos
de años que no están muy lejos,
se hicieron malos manejos
de los públicos recursos.
Hasta ahora ha sido objeto
de denuncias en montón,
por solapar corrupción
gobierno de Peña Nieto.
Pero al no ser un decreto
hoy exhiben en la escena,
a quienes de forma obscena
practicaban calculada,
delincuencia organizada
bajo el manto de MORENA.
Se asienta en observaciones
malversados en LICONSA,
en SEGALMEX Y DICONSA
más de cuatro mil millones.
Simular adquisiciones
de azúcar fue gran detalle.
No hay modo de que se calle
compra de acciones volátiles,
certificados bursátiles
que ordenara Ignacio Ovalle.
Pagos injustificados
en las denuncias se plasma,
a mucho empleado “fantasma”,
servicios no comprobados.
Recursos fueron desviados
con pervertida destreza.
Se espera que haya certeza
de una condena ejemplar,
para poder vislumbrar
que “el juez por su casa empieza”.