No te he regalado flores
mas te doy, enamorado,
los versos que han inspirado
mis sentimientos mejores.
Ellos generan colores
y fragancias deliciosas,
como manojo de rosas
a tu pecho han de llegar,
suavemente a murmurar,
dulces frases amorosas.
Son las flores mensajeras
de amor, ternura, pasión,
suspiros del corazón,
adulaciones primeras.
Infalibles compañeras
del que ha de manifestar,
la sutil forma de amar
gentileza demostrando,
y un corazón conquistando
con solo una flor enviar.
También los versos han sido
por su gracia y su candor,
para mensajes de amor
el conducto preferido.
En ellos toma sentido
el sol, la luna, la aurora,
la presencia que se añora,
del alma su palpitar,
todo se puede expresar
con el verso que enamora.
En loco desprendimiento
con versos te agasajaba,
enajenado pensaba
serían ellos tu contento.
Mas en frívolo momento
tu pecho me descubriste,
cuando entre líneas dijiste
que mis versos, los mejores,
cambiabas por unas flores,
las que siempre me pediste.
Entre un verso y una flor,
la flor aunque sea muy fina,
se compra en cualquier esquina
y pronto pierde su olor.
Se le marchita el color
y su mensaje se olvida,
pero el verso, en la medida
que el tiempo vaya pasando,
su valor irá aumentando,
es un trozo de tu vida.
Si con sosiego meditas,
cual será más apreciado,
un ramo bien adornado
o unas líneas mal escritas.
Donde detalla sus cuitas
quien quiere tu amor ganar,
deberás considerar
que en cuestiones del amor,
nunca ha tenido valor
lo que se puede comprar.