“No le hace que sean casadas
que al fin ni celoso soy”,
a donde quiera que voy
todas son bien aceptadas.
Sean viudas o divorciadas
sin preguntar las elijo,
porque el Señor me bendijo
con esta forma de ser:
“Yo como no sé leer
ni en los letreros me fijo”.
“Grandotas aunque me peguen”
no importa si he de sufrir
porque les guste reñir
pero que en premio se entreguen.
Que cuando a tu vida lleguen
sean tema de inspiración
y escuches con emoción
tu corazón que les grita:
“Qué bonita piedrecita
para darme un tropezón”.
“No mueva tanto la cuna
que va a despertarme al niño”
y de su breve corpiño
brotan dos pechos de luna.
Piel fina como ninguna
con suaves reflejos brilla,
belleza que maravilla
cual sultana de un rey turco,
“Me parece bueno el surco
para echarle una semilla”.
“El casado casa quiere”,
vámonos buscando un nido
donde solamente pido
que la intimidad impere.
Nomás no te desespere
ni que te agobie la pena,
al no ser época buena
no te haré promesa falsa,
“Conmigo andarás descalza
pero la barriga llena”.