Nos darán algo de luz
estas fiestas navideñas,
como notas halagüeñas
los milagros de Jesús.
Descorremos el capuz
que relatos nos regalan,
pero los que sí se avalan
por más que aparezcan magros,
son los treinta y seis milagros
que en la biblia se señalan.
Con los ojos bien abiertos
encontramos situaciones,
de exorcismos, curaciones
y resurrección de muertos.
Fue causa de desconciertos
en su ajetreado camino,
aplicar el don divino
para calmar huracanes,
el multiplicar los panes
o cambiar el agua en vino.
Sobre el agua caminó,
le dio cura a diez leprosos,
con mandatos prodigiosos
Lázaro resucitó.
A la distancia sanó
a joven paralizado,
que era sirviente apreciado
de un Centurión militar
y también logró curar
un muchacho endemoniado.
Cierto de milagros santos,
con inmutable fervor,
quiero pedirte Señor
minimices mis quebrantos.
Elevo mis ruegos tantos
a tu egregia beatitud,
para que con plenitud
a mi hijo en ésta ocasión,
les des con tu bendición
la gracia de la salud.