“A nadie le amarga un dulce
aunque tenga otro en la boca”,
que la dicha sin ser poca
a querer más nos impulse.
Con tal que mi vida endulce
no le hace que sea pecado,
nunca dejaré de lado
cuanto pueda disfrutar,
que ya después de gozar
“Quien me quita lo bailado”.
“Dar el bocado y la ollita”
es un completo servicio
que redunda en beneficio
de aquel que lo necesita.
Mas tu atención facilita
a quien sepa agradecerlo,
no sea que al querer hacerlo
repelen amable trato
y “Hacer favor a un ingrato
es tanto como ofenderlo”.
“Vale más tener que dar
y no tener que pedir”,
es muy noble compartir
aunque pobre sea tu hogar.
Procura solo desear
la más básica canasta,
con mucho cuidado gasta,
atiende lo que te indico:
“No hay pobre que no sea rico
si lo que tiene le basta”.
“A dios se le pide sueño
y no cama en que dormir”,
aprenderás a pedir
con el mas ferviente empeño.
O bien arrugando el seño
reprimirás el resorte
que critica el cruel aporte
de absurda sentencia atroz:
“Buena suerte te dé Dios,
que el saber poco te importe”.