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Enero nos ha traído la noticia más importante respecto al proceso electoral en Veracruz: hay competencia.
Hasta el tercer trimestre del año pasado todo pintaba de un poderoso color guinda, con ligeras pinceladas en tonos verde y rojo, aportadas por aliados circunstanciales producto de viejas -y ahí sí, muy necesarias- estrategias de lucha por el poder federal.
Cruenta, la lucha interna morenista llegó a parecer el único obstáculo a vencer para encaminar al triunfador o triunfadora al palacio frente al parque Juárez, en la cada día más caótica Xalapa.
Rocío Nahle fue siempre la candidata impulsada por Andrés Manuel López Obrador y en torno suyo trabajó todo el tiempo -al menos eso han jurado y perjurado siempre- el gobernador Cuitláhuac García Jiménez y su equipo; hombres y mujeres a cargo del poder desde el 2018.
Manuel Huerta Ladrón de Guevara les dio, una y otra vez, cátedra política a los operadores de Rocío Nahle y al equipo que busca permanecer seis años más en la estructura burocrática de la entidad.
El tiempo acabará con las dudas sobre quién ganó la encuesta interna de la 4T:
¿Triunfó Huerta, pero se ciñó a la poderosa orden de recular, emitida por AMLO, con la obtención de un consuelo senatorial?
¿O sí, la encuesta se la llevó Rocío con resultados muy apretados e insuficientes para sacar de la jugada a un Manuel que abiertamente y en buena lid, fue su rival más fuerte?
Hasta ahí, el papel de Manuel Huerta queda para el anecdotario porque el ex delegado federal de Bienestar se ha disciplinado, está trabajando -a su eficaz estilo- en la precampaña y no se le ubica en el lado siniestro del poder...
Es coqueto Ladrón de Guevara, pero no se le conoce más.
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De aquella pugna interna de MORENA en Veracruz, hay un tema no cerrado que tiene como figura clave a Erick Patrocinio Cisneros Burgos, el todopoderoso ex secretario de Gobierno.
Siniestro, peligroso, operador del gobierno estatal en las catacumbas que cruzan territorio veracruzano de norte a sur, de este a oeste, lo del personaje nativo de la cuenca del Papaloapan va más allá del dineral que se gastó en auto promoverse y del lugar donde lo colocaron las encuestas.
Erick Patrocinio ha pasado a la historia como el hombre que desobedeció una orden tácita de renuncia lanzada por AMLO desde la mañanera…
No fue cualquier hombre quien desafió a López Obrador, quien no es cualquier presidente.
Cisneros Burgos gobernó Veracruz por días, a veces semanas, en ocasiones durante meses y tuvo bajo su mano férrea las estructuras de la seguridad, la procuración y la aplicación de justicia.
Ni más ni menos.
El resultado de tanto poder es tristemente conocido en Veracruz, en el palacio nacional, y es como un virus que aún vibra, aún se capta en el ambiente, todavía se capta por el olfato, sigue desatando interrogantes.
Nadie es más poderoso que el Estado.
Rocío Nahle es mujer de carácter indomable y ha luchado toda su vida contra el patriarcado salvaje.
Por ahí no va la duda…
Desde el poder federal operan elementos alrededor de la movilidad de la ex secretaria de Energía, entre ellos lo relativo a su seguridad; donde ella se para, permea el inefable olor a López Obrador.
Por ahí tampoco va la duda…
El hombre se ha colocado en un perfil muy bajo; no hay pista alguna sobre su futuro político, de contar con él…
Por ahí no es…
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¿A dónde nos conduce el acercamiento a este laberinto, surgido en la lucha interna de MORENA que debió ser de trámite y no resultó así en el caso veracruzano?
En lo particular me surgen dudas sobre la información que Erick Patrocinio tuvo en sus manos…
Sobre la información con la que cuenta Rocío Nahle en tanto precandidata del partido oficial…
Sobre la visión que el equipo de MORENA deberá plasmar en su propuesta política sexenal, a darse a conocer durante la campaña de dos meses que arranca el 31 de marzo y concluye a fines de mayo…
Evitar que vivamos -una vez más l, como ocurrió durante el proceso electoral del 2021- una democracia violenta, no está en manos de Rocío Nahle, sino del aún gobernador Cuitláhuac García Jiménez, y del gobierno federal.
El punto, luego entonces, es la duda.
Hasta dónde aquella pugna interna de MORENA ha dejado huella en el escenario político electoral, hoy en su etapa preelectoral…
Añado un elemento paralelo: si el proceso interno debía ser de trámite y no lo fue, hacia el exterior el ánimo del equipo guinda siempre derrochó exceso de confianza, hasta que llegó enero…
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Se han dado a conocer tres encuestas en torno al proceso electoral de Veracruz 2024.
En las tres el partido guinda, MORENA, y su candidata Rocío Nahle, obtienen ventajas por encima de los veinte puntos.
Massive Caller, El Heraldo de México y RUBRUM realizan y difunden su trabajo demoscópico.
Tres meses atrás, estos números habrían bastado para comprar palomitas, organizar un paquete de películas y esperar al domingo dos de junio para acudir a una elección con un solo contendiente.
A la primera quincena de enero, ocurre que desde la oposición surgió la única figura respetable que podía darle seriedad a la elección veracruzana: José Yunes Zorrilla.
Ha tejido fino durante muchos meses el diputado federal con licencia, y apenas al inicio del año logró ser reconocido oficialmente como abanderado de la alianza del PAN/PRI/PRD.
El PAN es el partido fuerte en Veracruz, después de MORENA; hay grupos poderosos peleados entre sí por años dentro del panismo.
Todos han anunciado su apoyo a Yunes Zorrilla.
Hasta ahí, ese logro pesa por sí mismo.
Pierda o gane, lo rebasen por treinta, veinte o menos puntos, o dé la sorpresa y gane, Yunes Zorrilla ha logrado lo impensable: unir al panismo -que ya gobernó Veracruz durante dos años- en torno suyo; frenar la sangría de un PRI -su partido- y devolverle dignidad a través de su persona, contar con un PRD que…bueno, contar con lo que queda del PRD.
En Veracruz no había oposición y hoy existe.
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Las precampañas terminan en febrero; faltan por definirse listas de candidatos a diputados federales y locales, así como completar las fórmulas al Senado.
Las listas implican acuerdos y desacuerdos en todos lados; sabremos si influyen -o no- en los techos de preferencias.
Ahora sí, está Rocío Nahle con MORENA/PVEM/PT detrás suyo, frente a José Yunes Zorrilla respaldado por el PAN/PRI/PRD.
Las encuestas a publicarse los primeros días de febrero, de marzo, abril y mayo nos darán cuenta fría sobre el avasallamiento continuo y creciente de la ingeniera o sobre el acercamiento paulatino del economista, o sobre la continuidad del escenario ya expuesto desde enero…
Ya lo veremos.