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La agenda sexenal de Claudia Sheinbaum topa con el tema de la violencia, cuyo peso en la estabilidad política de la presidencia se ubica al mismo nivel de su meta prioritaria: construir el segundo piso de la 4T.
¿Qué es el segundo piso de la 4T?
La respuesta a dicha pregunta la tienen los constructores del primer piso de la cuarta transformación: es decir MORENA y sus gobiernos electos el primero de julio del 2018 y el dos de junio del 2024.
Fuera del discurso político manejado por el ex presidente Andrés Manuel López Obrador y del montado desde el pasado primero de octubre por la primera presidenta en la historia del país, no hay descripción y mucho menos una conceptualización claras sobre la 4T y sus dos pisos.
Lo tomo como referencia, no obstante, porque constituye la frase transversal de un discurso de Estado montado durante seis años y encaminado a permanecer seis más en el imaginario colectivo mexicano.
Dicho de otro modo: sea lo que signifique la 4T con su primer y segundo pisos, la frase está allí…
Si la asumimos como una idea, también está allí en declaraciones de toda la clase política morenista a todos los niveles de gobierno…
Y si la visualizamos como un proyecto político a largo plazo, ahí empieza la dificultad para captarla; pero…
Podemos aceptar que la 4T significa –entre otras cosas- un cambio de régimen político y por fin aparece un esbozo de este asunto…
Digo esbozo porque un cambio de régimen político implica reformas constitucionales y si bien la Reforma Judicial cumple ese papel, aún no aterriza a pesar de su aprobación el pasado once de septiembre.
Y no aterriza porque la aprobación fast track de la Reforma Judicial nos colocó –ya entrados en octubre- ante la necesidad de una reforma de la reforma debido a la aparición de errores en el proyecto votado sin haberse leído debidamente por diputados y senadores, así como congresos locales en más de dos terceras partes de nuestras entidades federativas.
Tampoco existe la planeación debida y el presupuesto adecuado para lo que serán las elecciones de jueces y magistrados.
Entonces sí ya hay Reforma Judicial, y sí habrá elección de jueces…
Por lo tanto hay una reforma constitucional de derecho, cuyas batallas de hecho –de facto- están apareciendo al mes de su aprobación.
Lo normal habría sido que esas batallas –debates, análisis entre especialistas del derecho y de la ciencia política, de representantes de las diversas banderas ideológicas en el país, de la sociedad civil- ocurriesen antes de la aprobación de la Reforma Judicial…
Lo anormal, es que estén ocurriendo después, y más anormal aún, que sean quienes la aprobaron quienes se ven obligados a componer lo que ellos mismos hicieron mal.
Encontramos, así, problemas de forma y problemas de fondo que no son menores en el primer piso de la 4T…
Esta problemática, por lógica, hace prever problemas de operatividad que se presentarán durante los próximos meses…
Añadamos las dudas que surgen, desde ahora, en torno al resultado final de esta Reforma Judicial a lo largo del sexenio de Claudia Sheinbaum.
Lo deseable es que, finalmente, exista mayor y más eficiente aplicación de justicia en el país…
Empero, las prisas por hacer todo a prisa, podrían generar consecuencias graves a largo plazo, en el ejercicio del renovado poder judicial
Ya veremos…
Quedan de momento, para este articulista, muchas dudas acerca de qué son el primero y segundo pisos de la 4T…
Ya habrá oportunidad de indagar, reflexionar y escribir al respecto…
Frente a dicha incertidumbre, nos enfrentamos a una certeza: la violencia en el país no tiene freno.
Pronto se cumplirán dieciocho años desde aquel diciembre del 2006 cuando el entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa inició la lucha contra el crimen organizado bajo la estrategia de involucrar a las fuerzas armadas.
Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador le dieron seguimiento a ese plan con la variable, en el caso de AMLO –volvemos al tema de la 4T-, de usar al ejército y la marina sólo como fuerzas disuasivas: “Abrazos no balazos”.
Claudia Sheinbaum recibió una amplia parte del territorio nacional en llamas y el pasado martes ocho de octubre dio a conocer su Estrategia Nacional de Seguridad.
Ésta se basa en cuatro ejes: atención a las causas; consolidación de la Guardia Nacional; fortalecimiento de la inteligencia e investigación; coordinación con las entidades federativas.
A dos semanas de haber iniciado el gobierno de Sheinbaum Pardo, ahí está un primer asomo al escenario que recibió y opera con acciones que son su responsabilidad: la confusión sobre los pisos primero y segundo de la 4T y la violencia inenarrable en un amplio territorio bajo su mando.
En Chilpancingo, Guerrero, con la decapitación del alcalde Alejandro Arcos Catalán el domingo seis de octubre, el México rojo arrojó el primer mensaje de bienvenida a nuestra presidenta.