(1)
Si al Estado le urge un Poder Legislativo digno y –por definición- independiente, nuestra sociedad requiere de una prensa libre de toda clase de ataduras, incluidas las que ella misma se procura.
También precisa la construcción de un Poder Ejecutivo eficiente y autocrítico.
Para que cada actor social ejerza con plenitud y carácter de Estado su papel, debe entender a fondo cuál es éste.
(2)
El mensaje de Javier Duarte de Ochoa por su Tercer Informe de Gobierno, leído la noche del viernes 15 de noviembre en el castillo de San Juan de Ulúa, estuvo plagado de afirmaciones que generan múltiples dudas.
Duarte de Ochoa fue Secretario de Finanzas en un buen tramo del gobierno de Fidel Herrera Beltrán. ¿Qué tanto se autocritica el actual gobernador al momento de afirmar que tres años atrás recibió un estado con serios problemas económicos?
(3)
Con respecto a los medios de comunicación, en todo México -pero particularmente en Veracruz- durante el siglo XX y en lo que va del siglo XXI, la prensa independiente ha sido casi un fantasma; es tan poca que su influencia en la opinión pública casi no existe.
En los días que corren, los avances tecnológicos modifican día con día las circunstancias del fenómeno de la comunicación y la llamada comunicación social o comunicación política no son la excepción.
No obstante, el control de medios audiovisuales e impresos de parte del Estado sigue permeando el grueso de la información que llega a la mayor parte de la población.
Así las cosas -con todo y las redes sociales- la llamada Opinión Pública se forma a partir de puntos de vista mayoritariamente sesgados y poco objetivos.
La sociedad mexicana y la veracruzana en particular -salvo honrosas excepciones- carecen de una Prensa crítica, independiente del control económico de los grupos en y del poder, que opere en condiciones laborales, económicas y sociales adecuadas; analítica más que expositiva.
Reconocer este fenómeno, implica un ejercicio de autocrítica de parte de quienes ejercemos el periodismo; pero también abarca la responsabilidad del Estado que durante décadas ha propiciado la permanencia de medios de comunicación “afines”, antes que libre pensantes.
Empresas que no pagan ni Seguro Social; políticos metidos a empresarios periodísticos; periodistas auto sometidos; etcétera; son elementos que laceran la condición histórica del llamado –con cierto dejo de humor negro- “el cuarto poder”.
(4)
En este contexto, la afirmación del gobernador Duarte en el sentido de que el suyo es un gobierno de “cosas bien hechas”, constituye una afirmación sujeta a un proceso de difusión que no tiene competencia en una sociedad poco democrática como la nuestra.
¿Contra cuáles datos duros, opiniones, análisis, encuestas, se confronta esa afirmación?
¿Dónde se escuchan o ven suficientes programas de análisis periodístico que conlleven un debate, una valoración de lo dicho por el gobernador?
Hay tal control de los medios de información que el dicho del gobernante es –en buena medida- lo más leído y escuchado, de modo tal que termina convirtiéndose en una verdad casi incuestionable.
En la entrega anterior de Claroscuros propuse la creación de una Comisión por la Dignidad del Poder Legislativo.
Propongo ahora el impulso de figuras como el Plebiscito o el Referéndum, para que el gobierno escuche el sentir, la opinión, los puntos de vista de la población en general respecto a su accionar.
Más que la auto calificación y la auto evaluación, un gobierno democrático debe tomar en cuenta la visión de aquellos a los que representa; aquellos que le dieron su voto y a quienes debe lo que es; aquellos que son esencia en un ejercicio del poder inteligente y constructivo.
(5)
En términos estrictamente políticos, Javier Duarte de Ochoa marcó un deslinde del gobierno y figura de Fidel Herrera Beltrán y lo hizo de tal modo que todo parece responder a un acuerdo con el propio personaje que le impulsó para ser hoy el jefe del ejecutivo veracruzano.
Como sea, la figura de Duarte de Ocho ha quedado fortalecida.
Sobre todo por la presencia de César Camacho Quiroz, un personaje del círculo cercano al Presidente Enrique Peña Nieto, que vino, vio y escuchó el refrendo del gobernador jarocho al liderazgo nacional del ocupante en turno de Los Pinos.
No hay sorpresas en ningún sentido en torno a esta separación de Herrera Beltrán, quien apenas en julio pasado jugó un papel clave en el proceso electoral de la entidad; así con en el refrendo del apoyo a la agenda de Peña Nieto que impulsa las Reformas Estructurales como la principal carta política de su sexenio.
Ni más ni menos.
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Junto al tema político, el discurso de Javier Duarte abordó temas clave como la economía y la seguridad.
Este último, resulta particularmente delicado y ciertamente, el Veracruz de tres años atrás no es el mismo.
Empero, lejos estamos de cantar victoria al respecto y tres años que vienen no serán suficientes porque la violencia en las calles y los hogares mexicanos proviene de circunstancias internacionales y nacionales, amén de estatales, regionales y locales.
Los datos ofrecidos al respecto por Javier Duarte de Ochoa son esenciales para observar cómo se aprecia el fenómeno de la inseguridad desde la perspectiva gubernamental.
Habrá que hacer los comparativos obligados con otras fuentes de información y establecer los análisis respectivos.