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¿Qué tienen en común Joaquín Caballero Rosiñol, Américo Zúñiga Martínez y Gerardo Poo Gil?
De entrada, hay dos elementos de su contexto particular, que este trío político comparte:
a) Gobiernan a los municipios más poderosos del estado de Veracruz
b) Responden a intereses de grupos de poder priístas y en consecuencia los pasos que den durante sus respectivas gestiones abonarán –para bien o para mal- a la circunstancia política de su partido.
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Hay cuatro pasos esenciales para un buen gobierno:
a) Planificar
b) Organizar
c) Dirigir
d) Controlar
Se trata, de hecho, de los cuatro aspectos que conforman todo proceso administrativo y aplican lo mismo en el quehacer privado como en el público.
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Ahora bien, una diferencia substancial entre una gestión pública y una privada es que la primera opera con recursos de la hacienda estatal y la segunda con capital propio. Ello, nos conduce automáticamente a la circunstancia social y cultural de una sociedad determinada.
Dicho de otro modo: cuando un líder encabeza un equipo humano en un proyecto privado, su permanencia al frente del mismo depende de sus resultados. Si los ofrece permanece y puede crecer; si no funciona es retirado.
En cambio, cuando un líder encabeza un equipo humano en un proyecto público, su permanencia al frente del mismo depende de sus resultados, pero también de sus circunstancias. Ofrezca o no ofrezca resultados, puede permanecer al frente e incluso puede crecer, mientras la circunstancia lo favorezca.
A diferencia de las empresas privadas, en los proyectos políticos el liderazgo depende más de las circunstancias que de los resultados.
Elizabeth Morales, ex alcaldesa de Xalapa, ha desempeñado un papel gris con matices de negro en su gestión al frente de la capital estatal.
Empero, será la próxima dirigente del PRI en la entidad: ¿Por qué? Simplemente porque su ineficiencia administrativa es cobijada por su circunstancia política.
Otro ejemplo reciente ocurrió en Coatzacoalcos, cuando Eduardo García Luna realizó un brillante trabajo al frente de la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento y sin embargo debió entregar el cargo por razones políticas.
En contraste, su antecesor Jorge Tubilla realizó un mal trabajo al frente de la CMAS cuando la encabezó años atrás y en fecha reciente fue nombrado subdelegado del IMSS, simplemente porque las circunstancias lo favorecen.
Vale señalar que en empresas exitosas como la BIMBO –del lado mexicano- o la Coca-Cola –del lado internacional- esa lógica no impera. Ahí, puedes empezar como vendedor de calle y llegar a ser gerente general, en función de tus resultados. En ambos casos las “palancas” no cuentan.
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Al trío político de cuyas semejanzas nos ocupamos en el argumento número uno de este artículo, le favorecen las circunstancias y es deseable que también le lleguen a unificar los resultados.
En cuatro años en Coatzacoalcos, Xalapa y el puerto de Veracruz se deben atender rezagos históricos en rubros como la urbanización de sus colonias populares; mejorar los números en materia de seguridad pública; consolidarse como centros urbanos atractivos a la inversión y a la consecuente generación de empleos; promover polos industriales alternativos como el turismo y ser –además- ejemplos de administraciones municipales transparentes, administrativamente eficaces y políticamente exitosas.
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¿Cómo lograrlo?
He ahí la pregunta que vale un cuatrienio.
De la respuesta que se dé a este cuestionamiento dependerá el éxito de los tres municipios que manejarán 983 millones 868 mil 447.14 pesos, en el caso de Veracruz; 787 millones 768 mil 531.41 pesos, en Coatzacoalcos y 741 millones 626 mil 798.21 pesos, en el de Xalapa.
En términos económicos son los Ayuntamientos con mayor presupuesto entre los 212 de la entidad -en el 2014 hay que sumar a Tuxpan, municipio al que se le aprobó un presupuesto sin precedente, por el orden de los 348 millones 287 mil 394.78 pesos-.
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Por lo que hace a la política, la tríada que gobiernan Joaquín Caballero Rosiñol, Américo Zúñiga Martínez y Gerardo Poo Gil, concentra un número clave de votos para definir elecciones estatales.
Y si eso fuera poco, en torno a estas figuras se mueven grupos de poder del más alto nivel en el Veracruz actual.
No son los únicos, pero sí son parte de las cabeceras distritales básicas para lo que vendrá en 2016.
Y en el PAN y el PRD, hay quienes apostarán a una alianza en búsqueda de tierra fértil para obtener una joya que nunca han tenido en sus manos: la gubernatura veracruzana.