1) El PRI no perdió todo lo que tenía que perder el 5 de junio del 2016: cuando acabó contando votos sobre el árbol de su noche triste…
En Veracruz, aún puede perder más: en los comicios de Alcaldes del 2017.
Dividida la votación en tercios: la tercera parte –y un poco más- para la alianza PAN/PRD, otra fracción casi semejante para el PRI y partidos satélites o aliados y un tercer lugar muy importante para MORENA.
Cabe preguntarse si esto pasará el próximo año.
De ocurrir tal fenómeno para el PRI sería un auténtico Waterloo jarocho, al perder –potencialmente- más de 130 alcaldías.
¿Qué puede y debe hacer el priismo para evitarlo?
En primer lugar –oh paradoja- mucho les convendría ayudar a Miguel Angel Yunes Linares a meter a la cárcel a Javier Duarte de Ochoa o por lo menos a dar la cara desde la LXIV Legislatura y mostrar a los electores su deseo de cambiar respaldando la ley, atacando la impunidad, alejándose de la corrupción que los define.
No perdió Héctor, nos arrastró Javier Duarte gritan a los cuatro vientos los priístas.
Sin embargo, tras la reciente derrota ya aparecen divididos: dejan correr el rumor de que Yunes Landa buscaría de nueva cuenta ser candidato en el 2018 y sus respectivos voceros empujan al Senador Jose Yunes Linares como el Ave Fénix tricolor que los regresaría a la Dolce Vita:
- A la corrupción de siempre,
- A la falta de programas y la abundancia de complicidades
- A la ausencia de justicia social y la prevalencia de corrupción e impunidad.
-
Los priistas no cambian.
No se les nota el deseo de cambiar.
Ven la perra echada y la patean…
Ven la tormenta y no se hincan…
(2)
Y no se trata sólo de Javier Duarte, los 50 mil millones de pesos que reclama la Auditoría Superior de la Federación y la inseguridad en que vivimos desde su sexenio y también a partir del anterior: encabezado por su creador Fidel Herrera Beltrán.
No.
Más allá de los peores sexenios gubernamentales en la historia de Veracruz, está Nochxitlán, Oaxaca.
La crisis del PRI rebasa Veracruz.
El tema es federal y ha trascendido a nivel internacional.
No se trata de la renuncia de Manlio Fabio Beltrones y su salida de la foto pro-presidencial.
Aurelio Nuño, el mano dura e insensible Secretario de Educación ha quedado fuera también de la carrera para suceder a Enrique Peña Nieto.
Pero la profundidad de nuestra realidad supera a dichos personajes de cartón…
Oaxaca, la CNTE, Michoacán, Guerrero, la Ciudad de México, Chiapas, Veracruz y las entidades donde esta organización derivada del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación cuenta con presencia notable, están ligados a un siglo de pobreza en el sureste de México.
A un siglo de radicalismos y de procesos históricos que han pasado por la búsqueda de democracia y se han topado con la represión:
Rubén Jaramillo su esposa (embarazada) y sus hijos asesinados en 1962…
Othón Salazar, líder del Movimiento Magisterial en 1958, aprehendido por luchar por los derechos de su sector: maestros de primaria que trabajaban en condiciones deplorables.
Demetrio Vallejo, nativo de El Espinal, Oaxaca; líder nacional ferrocarrilero que fue encarcelado durante once años luego de que el gobierno de Adolfo López Mateos rompió la huelga que paralizó al país en 1959.
Vallejo fue inspiración del Movimiento Estudiantil de 1968 que reclamaba libertad a los presos políticos, entre los que se contaba él.
Lucio Cabañas, Genaro Vázquez, el Movimiento Médico, la matanza de 1968, el 10 de junio de 1971, la Guerra Sucia entre los 60s y los 70s, entre otros sucesos…
Nada se separa de nada.
Todo está hilado por nuestra historia.
Todo está entrelazado hasta llegar a la lucha por el Triángulo Dorado en el 2016, a la matanza de Nochxitlán, Oaxaca; a Tlatlaya, a Ayotzinapa y muchos etcéteras.
A estos elementos, en conjunto, los ubicamos como una variable de Narco-Estado…
Como una lección que nadie, en México, parece querer aprender…