Mi solidaridad con el fotorreportero Rubén Espinosa
Mi repudio a la intimidación a la prensa libre en Veracruz
La supuesta declinación para buscar la candidatura a Gobernador anunciada el viernes 12 de junio por el diputado federal electo por Tuxpan, Alberto Silva Ramos, sorprendió a la clase política veracruzana.
La retirada de Silva, quien era (¿o en realidad sigue siéndolo?) el candidato de Javier Duarte para sucederlo, supondría abrirle el camino a Héctor Yunes Landa para ser el candidato del PRI el año que entra con la “bendición” (o más bien, el beso del diablo) del duartismo.
Es más que evidente que el senador oriundo de Soledad de Doblado pactó con el duartismo y dejó atrás el discurso agresivo en el que casi llamaba a una asonada luego de la reforma constitucional que estableció que el próximo periodo de la gubernatura en Veracruz sería de únicamente dos años.
Yunes Landa dejó “colgados de la brocha” a quienes creyeron que efectivamente había roto con el grupo en el poder por su manía enfermiza de traicionar los compromisos políticos que contrae, como ya había ocurrido en 2010.
Muy pronto Héctor Yunes les dio la espalda a aquellos con quienes había establecido “alianzas” para hacer frente al duartismo, –incluido su homólogo el senador José Francisco Yunes Zorrilla- , y negoció posiciones para su grupo en el gabinete a cambio de detener por completo las críticas al gobierno y mostrarse “institucional”.
La promesa que le hicieron no podría haber sido otra que hacerlo el candidato del duartismo a la gubernatura, lo que en los hechos significa darle todo el apoyo, político y financiero, para posicionar su imagen y fortalecerlo de aquí a la hora de la decisión final, que será tomada en Los Pinos, siguiendo las tradiciones de la ortodoxia priista de “jefes máximos” encarnados en los gobernantes de mayor jerarquía, en este caso, el Presidente de la República.
Y los recursos con que cuenta Héctor Yunes ya se invierten, a manos llenas. La semana pasada, una supuesta encuesta en la que Yunes Landa aventaja a Yunes Zorrilla hasta por dos a uno entre la población abierta, y en una proporción de tres a uno entre los militantes del Revolucionario Institucional, fue difundida en diarios y portales Web de todo el estado, en primeras planas incluso, lo que hace suponer que se trató de gacetillas, inserciones pagadas disfrazadas de información.
Incluso, la empresa a la que le es atribuida la autoría de la encuesta referida, BGC Beltrán, Juárez y Asociados, dijo desconocer a la persona que aparece como responsable de la publicación, un tal Everardo García Guerrero, habitante del municipio de Martínez de la Torre, quien en una de ésas resulta ser un cuento de política-ficción. Igual que la encuesta de Héctor Yunes.
Pero para que no queden dudas de la gran cauda de recursos de los que dispone el senador Yunes Landa, el sábado 13 de junio anunció el lanzamiento de un ¡programa social!, nombrado “Y tú qué das”, el cual “permitirá resolver problemas de todo tipo con la participación altruista de la gente que tiene ganas de apoyar a otra personas”, mismo que “se pondrá en marcha en toda la entidad, a la que se han sumado maestros jubilados quienes dedican unas horas para alfabetizar a quienes no saben leer ni escribir; así como médicos que mediante cupones obsequian consultas e incluso medicamentos”, reza el boletín enviado por el equipo del senador Yunes Landa, en el que también se dio cuenta de la entrega de un automóvil nuevo a la Fundación RIHE, AC, adquirido con “su sueldo como legislador”.
¿Alcanza una dieta como Senador de la República para financiar un programa social estatal como el que anuncia Héctor Yunes? No lo creemos y tampoco es ésa la función de un legislador federal. Lo que sí se evidencia es que fluyen los recursos para lanzar, desde ahora, su precampaña por la gubernatura. Y la única fuente capaz de suministrárselos es el Gobierno del Estado.
No por nada también en los últimos días se ha difundido profusamente en varios medios y columnas políticas la versión de que, por un decreto, se modificará la Constitución de Veracruz para “tirar” la gubernatura de dos años e implantar en su lugar un periodo de cinco años.
El principal interesado en posicionar esa idea no es otro que Héctor Yunes Landa, quien siente que va en “caballo de hacienda” por la gubernatura.
Alguien debería recordarle que quien traiciona una vez, traiciona siempre. Y ya se la han hecho antes.