Es demasiado obvia la estrategia de lanzar a Gerardo Buganza Salmerón como candidato “independiente” a la gubernatura de Veracruz.
Resulta más que transparente la intención del grupo político al que ahora pertenece el todavía secretario de Gobierno: ante una inminente candidatura de Miguel Ángel Yunes Linares a la gubernatura bajo las siglas de Acción Nacional, el duartismo-fidelismo presentará a Buganza Salmerón como una “opción” para los panistas que no comulgan con el ex priista. Y para los que se crean el cuento de que sería un candidato “independiente”.
El cálculo que hacen en el círculo duartista-fidelista es lograr dividir el voto afín al PAN, más allá de los militantes cautivos, con un candidato al que los panistas ya conocen y que se distingue por ser ultraconservador, católico devoto y que navega con la bandera de que mediante el fraude le arrebataron la gubernatura en 2004.
Incluso, en el video en el que “destapó” sus aspiraciones para contender por la gubernatura el año entrante, Gerardo Buganza reitera que le ganó la elección a Fidel Herrera Beltrán hace once años. Lo que no explica es por qué trabaja ahora para él.
Porque fuera de esa afirmación y de que los tribunales le “robaron” la elección, Gerardo Buganza no toca ni con el pétalo de una crítica los abusos cometidos durante los últimos once años de fidelismo-duartismo. Y en cambio, enfoca sus energías contra su verdadero objetivo, que es Yunes Linares, a quien califica de “atroz”, “nefasto” y “manipulador” a “quien debemos de detener”.
La misma plataforma cibernética que escogió Buganza para “destaparse” lo delata. Lo hizo a través de un video en el portal SDP Noticias, que dirige Federico Arreola, un mercenario de la información que ha sostenido convenios con el gobierno de Javier Duarte desde el inicio mismo de su administración, y que asesoraba a la primera coordinadora de Comunicación Social, Gina Domínguez, en sus “estrategias” para espiar y “trolear” en las redes sociales a los críticos del gobierno estatal.
Por lo demás, el “destape” de Gerardo Buganza no fue un exabrupto. Debió contar con la anuencia de su jefe directo, el gobernador Javier Duarte de Ochoa, y la del jefe de éste, Fidel Herrera Beltrán. Y tan calculado fue, que cumplió con otro objetivo: robarle reflectores al informe del senador Héctor Yunes Landa, que se celebrará el próximo domingo. A ver si así sí se convence de que el duartismo lo está utilizando.
Queda claro por qué el gobierno de Javier Duarte incrementó, en su bodrio de Código Electoral, los requisitos para la postulación de candidaturas independientes: la idea es impedir que ciudadanos verdaderamente desvinculados de las mafias políticas logren cubrir todos los requerimientos que se les exigen, y utilizarlas en cambio para jugadas como ésta, en la que sin problema los cumplirán, pues para eso tendrá a su disposición a todo el aparato gubernamental. Será “más que bronco”, como él mismo dice en su video, porque a él lo va a apoyar el gobierno de Javier Duarte, a diferencia del gobernador electo de Nuevo León, Jaime Rodríguez.
Dice Gerardo Buganza que “en su momento” renunciará a su cargo en la administración estatal. Pero desde ahora mismo, al haber hecho públicas sus aspiraciones, es totalmente inviable como secretario de Gobierno. Ha perdido cualquier capacidad de interlocución con las demás fuerzas y actores políticos y sociales del estado de Veracruz. Si le queda un poco de responsabilidad y dignidad, por esa honestidad que pregona tener, debería renunciar inmediatamente.
Paradójicamente, el ferviente católico Gerardo Buganza terminó por venderle su alma al diablo.