Fiel a su costumbre de incumplir acuerdos y traicionar pactos, no bien terminaba el gobernador veracruzano Javier Duarte de Ochoa la reunión que sostuvo el sábado pasado con el senador José Francisco Yunes Zorrilla, cuando el mandatario ya la estaba filtrando a uno de sus textoservidores para que escribiera en un medio que únicamente publica boletines del gobierno, que se había dado una “reconciliación” entre ambos.
No hay tal. En el portal de noticias “Versiones” se publicó este lunes que la reunión, efectivamente, existió. Fue este fin de semana en el rancho de la familia Yunes Zorrilla, en Perote. Pero no hubo reconciliación alguna, como el amanuense duartista aseguró.
A instancias del secretario de Hacienda y Crédito Público Luis Videgaray, José Yunes aceptó, en su carácter de presidente de la Comisión de Hacienda del Senado y de representante del estado, una reunión con Duarte. Pero para hablar de cómo rescatar a Veracruz de la quiebra financiera en la que está sumido.
Tan no hay marcha atrás en la ruptura entre Yunes Zorrilla y Duarte, que este lunes, al acompañar al presidente Enrique Peña Nieto a la presentación de la iniciativa de Ley Secundaria en Materia de Disciplina Financiera para estados y municipios, el legislador destacó que con esta norma se evitará el “endeudamiento irresponsable” en las entidades federativas.
Y mientras decía esto, Duarte de Ochoa aseguraba en conferencia de prensa en Xalapa –pues al parecer no lo invitaron a palacio nacional con el Presidente- que la deuda bancaria del estado, que asciende a más de 40 mil millones de pesos –los adeudos con proveedores y los intereses de la bursatilización son cuento aparte- fue para hacer más “competitivo” al estado, y que quienes lo criticaban sólo buscan “desprestigiar” a su administración.
Incluso, se atrevió a decir que gracias al endeudamiento “se han generado condiciones para la instalación de inversión privada”, que Veracruz “goza de una economía dinámica” y que es un estado “socialmente más justo”.
Sus afirmaciones se derrumban ante el más sencillo análisis. Tan sólo este mismo día, la rectora de la Universidad Veracruzana, Sara Ladrón de Guevara, se reunió con los diputados federales electos Cuitláhuac García, Miguel Ángel Yunes Linares, Erick Lagos Hernández y José Luis Sáenz, de Morena, PAN, PRI y PVEM, respectivamente, para solicitarles que gestionen ante la Federación apoyo económico para la institución, de la que todos son egresados.
Incluso, Yunes Linares declaró más tarde que la Rectora les dijo a los legisladores electos que el Gobierno del Estado le adeuda a la casa de estudios mil 800 millones de pesos, y que no tenían dinero ni para la nómina de la próxima quincena. Afirmación que no fue desmentida.
A eso hay que agregar la reciente “estrategia” del duartismo para liberarse de presión financiera: en el Congreso del Estado se autorizó la semana pasada que la administración estatal pague adeudos a proveedores con terrenos e inmuebles que son patrimonio de la entidad, lo cual ya fue condenado ¡hasta por algunos funcionarios del propio gobierno estatal!
Las simulaciones del gobernador Duarte no tienen límite. Y lo peor es que cree que todavía puede aplicarle a los veracruzanos la máxima atribuida al ministro de Propaganda nazi Joseph Goebbels –con eso de su admiración por las figuras fascistas-, de que una mentira repetida mil veces, se convierte en una verdad.
Pero ya nadie le cree nada.