¿Recuerda usted la campaña del Gobierno del Estado de Veracruz para inhibir el uso libre de la Internet y las redes sociales, parapetada en supuestas recomendaciones para su uso “responsable”?
Pues como se mencionó desde el momento en que ésta fue lanzada, el régimen está dando los pasos subsecuentes para ejercer control sobre el único medio que no ha logrado amordazar, a pesar de que lo ha intentado fervorosamente.
Y tal parece que el encargado de hacer inicialmente el triste papel de censor será el recién integrado Organismo Público Local Electoral (OPLE) de Veracruz, y que como también se señaló en este espacio, nació con el estigma de haber sido colonizado por personajes afines al gobierno estatal y al Partido Revolucionario Institucional.
Uno de los nuevos consejeros del OPLE, Juan Manuel Vázquez Barajas, declaró que el organismo electoral emitirá “lineamientos” para el uso de redes sociales entre los aspirantes a la gubernatura, a fin de evitar que haya “inequidad”.
Según este consejero electoral, el que algunos políticos hayan utilizado las redes de Facebook y Twitter para manifestar sus aspiraciones por obtener la nominación de candidato a Gobernador es “inequitativo”, y que la intención es que se haga uso de Internet sin que se haga “propaganda electoral”.
No cabe duda de que cuando se tiene desconocimiento acerca de un tema, se puede salir a decir cualquier clase de barbaridades. Pero lo peor es que quien las diga sea una autoridad.
Alguien debería decirle al inexperto consejero Vázquez Barajas que cualquier clase de intento de regulación a las expresiones en las redes sociales, además de imposible de instrumentar, atentaría contra la libertad de expresión no sólo de los políticos, sino de toda la sociedad.
Adicionalmente, el consejero tendría que explicar a qué tipo de inequidad se refiere, pues todos los aspirantes a la gubernatura han expresado sus intenciones no sólo por medio de las redes sociales, sino por todos los medios a su alcance.
Es verdad. Las redes sociales cuentan con tal nivel de libertad, que efectivamente se cometen abusos. Para muestra, las marrullerías del Partido Verde en la pasada elección federal, cuando el mismo día de los comicios “estrellas de la TV” tuitearon en su favor, sin que eso pudiese tener consecuencias legales. Pero siempre será preferible un exceso de libertad, que una mordaza.
Pero Juan Manuel Vázquez Barajas podría remitirse a la propia experiencia de Veracruz, donde el gobernador Javier Duarte intentó acallar las críticas a su persona y su gobierno criminalizando a nivel judicial a los usuarios de las redes y legislando penalidades que finalmente fueron declaradas inconstitucionales por la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Para más, el mandatario veracruzano terminó mejor desactivando su cuenta en Facebook a recomendación de uno de sus asesores.
Lo que queda de manifiesto es la preocupación del régimen y sus operadores porque el año entrante la imagen de un gobernante y una administración decadentes y sin prestigio alguno tenga un impacto negativo tan fuerte, que termine afectando a quien abandere los intereses del grupo gobernante en la elección, ya sea postulado por el PRI, por otro partido o por la vía “independiente”.
En México las elecciones aún no se ganan en las redes sociales. Pero sí se pueden perder.
La “ruptura”
El supuesto “pleito de La Condesa” entre Javier Duarte y Fidel Herrera que se ha difundido por Internet y ya también en algunos medios “serios”, suena más a la “caja china” de la película “La dictadura perfecta” para hacer creer a la opinión pública que “ahora sí” el primero gobierna, que a algo verdadero.
¿O alguien realmente cree que Duarte se atrevería a mentarle la madre a Fidel Herrera?
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