Finalmente, el gobierno del estado de Veracruz reveló las cifras reales, duras, del monumental gasto en materia de difusión y publicidad contratada con medios durante el sexenio del hoy prófugo de la justicia Javier Duarte de Ochoa.
El pasado 10 de noviembre, en este mismo espacio se publicó que el gasto en medios de comunicación del sexenio superaba los ocho mil millones de pesos, aunque para entonces aún se trataba de información extraoficial recabada por quien esto escribe.
Tras el resolutivo del Instituto Veracruzano de Acceso a la Información del pasado 9 de noviembre, que ordenó transparentar esos datos indebidamente clasificados como reservados desde el sexenio de Fidel Herrera Beltrán, el periódico Reforma abrió finalmente la “caja de Pandora” este fin de semana: el gasto exacto en medios de comunicación del duartismo asciende a ocho mil 727 millones de pesos, lo que confirma la cifra que aquí se había adelantado desde hace casi un mes.
El grueso del dispendio se concentra en el primer tramo del sexenio de Duarte de Ochoa. En el periodo de 2011 a 2013, cuando estuvo al frente de la Coordinación General de Comunicación Social Gina Domínguez Colío, el gasto en medios ascendió a cinco mil 96.7 millones de pesos, 58 por ciento del total.
Mientras que en 2014, durante la gestión de Alberto Silva Ramos, el monto fue de dos mil 795.2 millones de pesos, 34 por ciento del total, cantidad que además se dilapidó en un solo año, previo a que Silva se embarcara en su campaña a la diputación federal por Tuxpan y por la cual hoy en día goza de fuero.
De ese irracional gasto, dos mil 736.7 millones de pesos tuvieron como destino la televisión, siendo TV Azteca la mayor beneficiada con mil 363 millones. No porque tenga gran penetración e influencia en Veracruz –de hecho, es todo lo contrario-, sino porque la cuenta de esa televisora la llevaba el tristemente célebre Moisés Mansur Cysneiros, el “amigo” de Javier Duarte que terminó hundiéndolo.
En medios impresos, el gobierno duartista se gastó la friolera de dos mil 639.8 millones de pesos, destacándose los 309 millones que le pagaron al Heraldo, periódico propiedad de la familia Sánchez Macías, parientes de la ex primera dama y también prófuga Karime Macías Tubilla; 207 millones a Grupo Maccise, que editó en Xalapa el fugaz periódico El Águila/Capital, y que en la ciudad de México publica el impreso de Reporte Índigo; y 205 millones a la Organización Editorial Mexicana, consorcio al que pertenece el Diario de Xalapa.
El reporte del gasto mediático presentado por Reforma también incluye a las multicitadas empresas fantasma, a las que se destinaron al menos 514.9 millones de pesos, destacando entre éstas, con 69.8 millones, Publicidad Akkira, ligada al ex coordinador de Comunicación Social y fallido “delfín” de Javier Duarte a la gubernatura, Alberto Silva Ramos.
Adicionalmente al reporte del brutal gasto mediático, hay que mencionar que éste no lo realizaba la Coordinación General de Comunicación Social con su presupuesto, sino que se le “encajaba” al de las diferentes dependencias de la administración estatal sin siquiera avisarle a sus titulares, y lo ejecutaba la Secretaría de Finanzas y Planeación. Por eso las cifras entre el gasto en medios y la disponibilidad financiera en la oficina del rubro nunca han cuadrado.
Lo que es verdaderamente indignante es que mientras en los hospitales se morían personas por falta de medicamentos, en la sierra no existen servicios básicos para la población y en las ciudades no hay dinero circulando a causa de la tremenda crisis económica, Javier Duarte de Ochoa dispuso de casi nueve mil millones de pesos, más de cuatro millones diarios, para distorsionar la realidad del estado en los medios de comunicación.
Inútilmente. La porquería de todas maneras flotó.
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