Salvo algunos priistas trasnochados y cínicos, nadie en Veracruz lamentó la detención del dirigente del Movimiento de los 400 Pueblos, César del Ángel Fuentes, el pasado viernes 27 de enero.
El vetusto líder fue detenido por la Policía Ministerial cuando viajaba de la Ciudad de México a Poza Rica, y fue trasladado e internado en el penal de Pacho Viejo, en el municipio de Coatepec, acusado de incitación a cometer un delito, apología del delito, estragos y motín.
Esto, a raíz del episodio en el que las huestes de César del Ángel atacaron al entonces gobernador electo Miguel Ángel Yunes Linares, al dirigente nacional del PAN Ricardo Anaya y al ex secretario de Gobernación Santiago Creel, a las afueras del Palacio Legislativo en la ciudad de Xalapa, el 29 de junio del año pasado, todavía en el periodo de impugnaciones de la elección a la gubernatura.
La responsabilidad de César del Ángel en esos hechos está acreditada, pues consta en videos y fotografías que estaba presente al momento de las agresiones, arengando a sus seguidores para que lanzaran piedras contra los militantes panistas, lesionando a algunos de ellos.
Sin embargo, y aun cuando le fue decretada como medida cautelar la prisión preventiva por un periodo de un año por la gravedad de las imputaciones, pareciera poco para todos los agravios que César del Ángel le ha hecho por décadas a la población del estado de Veracruz.
Invasión de tierras, ataques a la libertad de expresión, violaciones reiteradas a los bandos municipales de policía y buen gobierno, explotación de mujeres, abuso de menores de edad, son sólo algunos de los delitos que también deberían agregarse al expediente de César del Ángel, a quien algunos políticos priistas, como el impresentable diputado federal por Orizaba y dueño del club de futbol profesional Tiburones Rojos del Veracruz, Fidel Kuri Grajales, quieren victimizar tildándolo de “preso político” del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares.
Es por todo mundo en Veracruz conocida la confrontación que por años han mantenido Yunes Linares y César del Ángel. En el sexenio de Patricio Chirinos Calero y siendo secretario de Gobierno el actual mandatario estatal, también metió a la cárcel al líder de los 400 Pueblos, quien fue puesto en libertad en el gobierno siguiente, el de Miguel Alemán Velasco.
Desde entonces y hasta hace muy poco, Del Ángel y sus huestes se dedicaron a chantajear a los sucesivos gobiernos con sus protestas nudistas en las calles de Xalapa y de la Ciudad de México, en las que no había reivindicación social alguna de por medio, sino pura politiquería y la concesión de prebendas para su líder, que siempre comía y dormía en restaurantes y hoteles de lujo, mientras sus hordas bailaban en cueros bajo el sol, la lluvia o el frío por unos cuantos pesos. Mercenarios todos al fin.
La alianza pública de los 400 Pueblos con Javier Duarte de Ochoa desde la campaña de 2010 le permitió a César del Ángel hacer diputado local plurinominal a su junior Marco Antonio del Ángel Arroyo, quien todavía hasta hace unos pocos días bramaba en los medios por ser dirigente estatal del PRI, lo que para fortuna de los propios priistas, no consiguió.
Finalmente se le acabó la impunidad a César del Ángel. Eso es lo que prometió en campaña Miguel Ángel Yunes Linares. Le faltan varios todavía.
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