Se dice que no hay nada más similar a una persona machista de derecha que una persona machista de izquierda, esto quiere decir que nuestra ideología política no necesariamente refleja el compromiso.
Se dice que no hay nada más similar a una persona machista de derecha que una persona machista de izquierda, esto quiere decir que nuestra ideología política no necesariamente refleja el compromiso.
Se dice que no hay nada más similar a una persona machista de derecha que una persona machista de izquierda, esto quiere decir que nuestra ideología política no necesariamente refleja el compromiso que se tiene con la lucha por los derechos humanos de las mujeres y la igualdad de género, de modo que podemos encontrar sociedades capitalistas o socialistas donde la opresión de las mujeres es un factor común.
Durante la revolución francesa, la cual marcó las bases de la democracia, fue presentada la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, sin embargo, hablaba literalmente de los derechos de los hombres, las mujeres no estábamos incluidas en dicha declaratoria, todavía tuvieron que pasar años de lucha para que siquiera alcanzáramos el derecho de votar o ser votadas, es importante recalcarlo porque no bastó ir hombro con hombro en el camino hacia la caída del régimen feudalista para ser reconocidas como iguales, tuvo que haber otra revolución, esa que hoy se le conoce como feminismo.
En la actualidad podemos encontrar partidos políticos que se identifican con los movimientos conservadores usualmente asociados con la derecha o ya sea con la lucha social que históricamente ha caracterizado la ideología de izquierda, pero pareciera que ninguno de ellos se atreve a tocar de fondo el problema de la desigualdad de género y la promoción de políticas públicas que acaben de raíz con el problema de la violencia hacia las mujeres que viene creciendo en nuestro país.
El machismo no es necesariamente una ideología propia de los hombres, es necesario identificar actitudes e ideas machistas tanto en los demás como en nosotros mismos y poner especial énfasis en combatirlas, exigir a las personas que nos rodean un trato igualitario y analizar las diversas propuestas de las personas que aspiren a un puesto de elección popular de manera que la igualdad de género sea una meta real y no un señuelo para obtener votos, estas son acciones que de llevarse a cabo pueden acabar de una vez por todas con la brecha de la desigualdad entre hombres y mujeres, que como pudimos ver, no respeta sexo, religión ni ideología política.