​A pesar de que existe una gran cantidad de información acerca del fenómeno de la cosificación sexual de las mujeres pareciera que este problema va en aumento, basta con fijarnos en casi cualquier anuncio publicitario para darnos cuenta que el cuerpo femenino es constantemente utilizado como estrategia de venta, mostrándolo como si fuera un artículo más al que se puede acceder a cambio de dinero, esto nos lleva a separar los atributos de belleza física de otras cualidades de la personalidad, dándole prioridad al modo en que nos vemos antes que por ejemplo que tan inteligente somos.

Se estima que sólo en México la industria de la belleza genera aproximadamente 16mil millones de pesos anuales y va en aumento, no es de extrañarnos que exista tanto interés mediático en mantener estándares inalcanzables respecto a lo que tendría que ser el atractivo físico, así que no importa cuanto gastemos en maquillaje o ropa, de cualquier modo, no podremos ser como las mujeres de las revistas por el hecho de ser una imagen completamente distorsionada. 

Los efectos de la cosificación sexual de las mujeres son variados, desde trastornos alimenticios cada vez más comunes en las adolescentes, depresión, ansiedad, problemas escolares, falta de motivación por el crecimiento intelectual, gasto excesivo de tiempo y energía en el cuidado del aspecto físico pero no necesariamente de la salud, otra de las consecuencias es no percibirse a si mismas ni por las demás personas como seres complejos e integrales, de manera que para ser tomada en cuenta como una persona inteligente hay que renunciar a nuestra sexualidad, así lo dicta el estereotipo, guapa y lista no van de la mano.

Un hombre que percibe a las mujeres como objetos para su placer puede llegar a incurrir en actos de violencia machista y delitos como la privación de la libertad, violación o feminicidio, es de suma importancia entender este fenómeno desde sus causas primarias para poder atenderlo, recordemos que el Estado de Veracruz tiene dos alertas de violencia de género contra las mujeres, tendríamos que hacer una revisión exhaustiva para buscar la solución a esta problemática.

Si bien nuestro gobierno está llevando a cabo acciones para acabar con la violencia de género nosotros podemos poner nuestro granito de arena desde casa, enseñándole a nuestros hijos que todas las personas valen por el simple hecho de ser seres humanos, sin importar su sexo, preferencia sexual ni aspecto físico, no criemos ni princesas ni super héroes, sólo niños y niñas con derecho a desarrollarse libremente.