​Amnistía internacional por medio del New York times publicó en su edición que circula en más de 130 países un anuncio en la contratapa a favor de la despenalización del aborto en Argentina, este tema ha polarizado a la sociedad y ha sido causante de múltiples marchas que han logrado atraer las miradas de todo el mundo, apenas el 14 de junio pasado se aprobó la interrupción legal del embarazo sin restricciones hasta la semana 14 de gestación, a pesar de haber sido votada a favor en la cámara de diputados está sujeta a una votación dentro de la cámara de senadores para ser ratificada o rechazada según los votos que obtenga.

Se estima que en Argentina se practican alrededor de 500 mil abortos clandestinos anualmente, en los últimos veinte años se han reportado al menos dos millones y medio de internaciones en hospitales públicos por abortos mal realizados, derivando en complicaciones de salud a mediano y largo plazo, así como miles de muertes, esta es solo una cifra aproximada pero la realidad es que muchas mujeres no llegan a tener atención médica de ningún tipo, las realidad es que no importa si es legal o no, el hecho de no querer continuar con un embarazo no se frena con una prohibición del estado, únicamente genera clandestinidad.

Paradójicamente de lo que se pudiera pensar, en los países en los que han despenalizado el aborto su práctica ha disminuido, entre otros factores debido a que esta medida es acompañada por un programa de planificación familiar donde se promueve el acceso universal a métodos anticonceptivos, así como educación sexual en las escuelas, además de un seguimiento para que quienes han decido interrumpir su embarazo tengan la información adecuada y el apoyo ambiental para no volver a pasar por esta situación. 

Los abortos clandestinos son un problema prioritario de salud pública, no solo afecta a Argentina, en México solo se puede acceder a la interrupción del embarazo cuando el producto presenta alteraciones genéticas o congénitas graves, cuando es producto de una violación o cuando corre peligro la vida de la madre, sin embargo no siempre son respetadas por los centros de salud públicos, siempre que una menor de 16 años de edad está embarazada es considerado violación, por ello tendría que ofrecérsele la opción de no seguir adelante con la gestación, rara vez vemos que se presente con claridad esta alternativa, esto ya habla de una falta de seguimiento de las leyes.

Los grupos feministas organizados para exigir que el estado deje de imponerse sobre el cuerpo de las mujeres nos invitan a sumarnos a esta causa usando un pañuelo verde o algún otro accesorio de este color, es necesario hacer visible esta problemática y analizarla sin prejuicios, el aborto no es tema de debate, aquí la pregunta es cuantas mujeres más queremos que mueran a causa de condiciones insalubres para realizar este procedimiento, a la falta de acceso a una educación sexual y a métodos anticonceptivos, el momento de hacer algo es ahora.