Han pasado 50 años desde la masacre de Tlatelolco, la cual fue orquestada por el gobierno de México que en ese momento encabezaba el entonces presidente de la república Gustavo Díaz Ordaz.
Han pasado 50 años desde la masacre de Tlatelolco, la cual fue orquestada por el gobierno de México que en ese momento encabezaba el entonces presidente de la república Gustavo Díaz Ordaz.
Han pasado 50 años desde la masacre de Tlatelolco, la cual fue orquestada por el gobierno de México que en ese momento encabezaba el entonces presidente de la república Gustavo Díaz Ordaz, aún hoy no contamos con un número exacto de estudiantes asesinados por elementos del ejército, pero el dolor y la indignación siguen vigentes en la memoria colectiva, lo que muchos creían impensable, como que las personas que se supone tendrían que protegerte fueran capaces de disparar a sangre fría en una plaza pública se convirtió en una realidad innegable desde aquel día.
El hecho de que los datos exactos sobre este crimen aún no han sido develados y que los culpables nunca fueran castigados hace todavía más difícil de sanar la herida que marcó el 2 de octubre como fecha emblemática de lucha social, tanto instituciones gubernamentales como medios de comunicación fueron cómplices de obstaculizar el esclarecimiento de los eventos que comenzaron con el tiroteo en la plaza de las tres culturas, culminando con la muerte y desaparición de los jóvenes que integraban el movimiento estudiantil.
A pesar del tiempo y los esfuerzos de la sociedad organizada por mostrar la verdad acerca de represión por parte del estado hacia las diversas manifestaciones que promueven el reconocimiento universal de los derechos humanos, en su mayoría conformadas por personas jóvenes, la criminalización de este sector de la población persiste, por desgracia podemos citar muchos ejemplos donde la juventud es sinónimo de criminalización, del mismo modo ser joven automáticamente te convierte en un sector vulnerable ante la delincuencia organizada, los 43 normalistas de Ayotzinapa, los estudiantes golpeados en 2015 en nuestra capital (agresión presuntamente llevada a cabo por elementos encubiertos de la secretaría de seguridad pública) y más recientemente se ha hecho de conocimiento público que en los tráilers de cadáveres que rondan el país, más de la mitad de los cuerpos son de jóvenes.
Todavía seguimos esperando ver enjuiciados a los asesinos, a los altos funcionarios que dieron la orden y luego escondieron la cara, esta fecha nos invita a conmemorar a quienes con su vida hicieron visible el nivel de privilegios que solo unos poco tenían, pero sobre todo es un llamado a seguir buscando el bienestar social, el empoderamiento de la clase obrera, la lucha hombro con hombro y el servicio al pueblo, justicia para todas las familias que no han vuelto a dormir tranquilas esperando que sus hijos lleguen a casa, ni perdón ni olvido.