El pasado 25 de noviembre conmemoramos el día naranja, en él se invita a toda la población a usar alguna prenda de este color como símbolo de su compromiso para erradicar todo tipo de violencia que se ejerce en contra de las mujeres y niñas en el mundo, debido a ello se organizan mesas de trabajo, debates o marchas para hacer visible la problemática que vivimos por el simple hecho de nuestro género, así como se le da difusión a los avances que se han alcanzado en materia de igualdad.
Es contrastante ver en estos eventos a mujeres de una posición económica o jerárquica dentro de las instituciones superior al promedio de las demás mexicanas hablando de la lucha por los derecho que nos corresponden, contraponiendo las estadísticas que nos hablan de la creciente violencia hacia las menos afortunadas que ellas, no lo resalto por hacer menos sus esfuerzos, sino porque a veces pareciera que no se entiende el hecho de que poder acceder a un trabajo remunerado, donde no implica gran esfuerzo físico y pagar a alguien más por realizar las labores que históricamente le han correspondido a las amas de casa es un privilegio con el que pocas cuentan.
En sus inicios el feminismo junto con la búsqueda de alcanzar los derechos civiles universales compartían el objetivo de cambiar el sistema jerárquico que les oprimía de igual modo, el hombre blanco occidental tenía mayores oportunidades de progresar económicamente o de acceder a la justicia que cualquier otra persona proveniente de alguna etnia o género distinto, sin embargo este sistema opresor ha sido cambiado por los valores en torno a la acumulación de dinero, de modo que una mujer puede escapar de la mayoría de trampas que pone el patriarcado siendo económicamente productiva, aún si esto implica explotar a quienes pertenecen a su mismo género.
¿Alguna vez se han preguntado por qué si ya alcanzamos la paridad en el senado de la república, en el congreso local y tenemos acceso a más puestos de toma de decisiones dentro de las instituciones gubernamentales no se ve reflejado en un cambio social o en la disminución de violencia contra las mujeres? Bueno, esto es debido a que la igualdad está reservada para unas cuantas privilegiadas que pudieron pagar su boleto de salida de la opresión patriarcal, pero no por ello están fuera del sistema, más bien refuerzan los techos de cristal, si vemos mujeres con cierta autoridad, damos por sentado que entonces la igualdad es un hecho, haciendo más difícil que quienes no gozamos estos derechos nos organicemos.
Cuando buscamos la igualdad nos referimos a realmente alcanzar que todos los hombres y mujeres tengamos acceso a las mismas oportunidades para desarrollarnos de manera integral, mientras exista la explotación laboral, el abuso sexual infantil, la contaminación que acaba con el entorno saludable para la mayoría dando paso a la comodidad únicamente de unos cuantos, entonces no se cumple el objetivo, queremos el acceso a la justicia para todas las personas, no nos vamos a conformar con una falsa imagen de que cualquiera puede progresar solo con desearlo, siendo que hay todo un sistema para mantenernos pobres e ignorantes, el día naranja va más allá de ponerse un moño, queremos un compromiso real.