​El 8 de marzo se conmemora el día internacional de la mujer, durante todo el mes tanto instituciones como asociaciones civiles en pro de los derechos humanos de las mujeres organizan eventos para hacer visible la lucha por la igualdad, en México estamos en una situación muy particular debido al cambio de gobierno, con la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia llega también una gran expectativa de que ahora se acabará la corrupción, pero no solo eso, se espera que las leyes que van en contra de los derechos de los grupos históricamente oprimidos sean reformadas, sin embargo conforme pasan los días nos damos cuenta de que no hay una ruta como tal a seguir para erradicar la violencia de género.

En días pasados hubo mucha controversia por la decisión de cambiar las reglas de operación de las guarderías que dependen de la federación, ahora en vez de que las estancias infantiles reciban recursos de manera directa dependiendo de a cuantos menores se les da atención, se les entregará a las madres de familia para que decidan quien quiere que cuide de sus hijos e hijas, esto deja en riesgo de que no se les de la atención adecuada, aun así los resultados (buenos o malos) solo podrán ser medidos con el tiempo, por desgracia parece que esta política con tintes asistencialistas será extendida sin tomar en cuenta todos los avances logrados por años y años de esfuerzos para contrarrestar la violencia machista.

Después de anunciar la suspensión provisional de la convocatoria para refugios de mujeres en situación de violencia se dio a conocer la decisión de ya no entregar el subsidio a los refugios sino directamente a las mujeres que sufren de violencia extrema, esta acción pone en peligro de muerte a miles de mujeres, niños y niñas que depositan en estos lugares su última esperanza de lograr una vida digna, una persona en estas condiciones no se encuentra en capacidad de buscar donde resguardarse, comer, acceder a atención médica, psicológica, legal, etc, necesita asesoría y acompañamiento, son mecanismos minuciosamente elaborados que no podemos ignorar ni simplificar a solo dar una cantidad de dinero y dejar a la usuaria a su suerte. 

La reducción de presupuesto en los Institutos de la Mujer en todo el país, la falta de planificación para reducir los riesgos que se corren durante la primera infancia, la visible omisión de planeación en los programas para la igualdad y el poco énfasis en transversalizar la perspectiva de género son señales de alarma que tendríamos que tomar en cuenta, sobre todo en estos momentos en que los grupos feministas nos dedicamos un poco más a analizar qué acciones son prioritarias para seguir avanzando en la búsqueda del reconocimiento de nuestros derechos, a final de cuentas, no hay cuarta transformación si en ella no se toma en cuenta a las mujeres.