​Se estima que en México asesinan al menos a diez mujeres al día, en su mayoría estos crímenes son tipificados como feminicidios, lo que quiere decir que el motivo para quitarle la vida a las víctimas fue única y exclusivamente por el hecho de ser mujeres, en muchos de estos casos fue su propia pareja quien las mató, también el denominador común es que hay violencia sexual y tortura de por medio, por si fuera poco, los dos escenarios más comunes para abordar estas transgresiones desde la prensa o desde la sociedad en general es ya sea hacer un espectáculo de ellos o ignorarlos por completo, todo ello aunado a la falta de acceso a la justicia y la impunidad que enfrentan las familias, lo raro no es el enojo generalizado que se mostró el las marchas realizadas a lo largo del país el pasado ocho de marzo, sino la burla con la que muchas personas responden a la situación.

Las marchas por motivo del día de la internacional de las mujeres tuvieron una asistencia sin precedentes, nunca antes habíamos visto a tantas personas exigiendo que cese de la violencia de género, aún con todos los encabezados que intentaron desvirtuar los motivos por los cuales nos movilizamos, el mensaje fue claro, estamos hartas de vivir con miedo, de vivir en un país donde tenemos más probabilidades de ser violadas, asesinadas y que nuestro cuerpo sea encontrado en una zanja que de sacarnos el premio de la rifa del avión presidencial o de contraer el corona virus; el nueve de marzo muchas mujeres nos fuimos a paro, no nos presentamos a trabajar ni realizamos las actividades que de manera cotidiana llevamos a cabo, esto con la finalidad de visibilizar lo que sucede cuando matan a una de nosotras, la mayoría regresamos a laborar de manera normal al día siguiente pero las mismas estadísticas que nos brinda la Secretaría de Gobierno nos señalan que en las últimas 48 horas al menos unas 20 mujeres no volverán nunca más con sus familias.

Lo que le espera a quienes solicitan el esclarecimiento de los feminicidios de sus familiares usualmente es un espiral de revictimización, trámites inútiles en las diversas fiscalías del país y malos tratos por parte de las autoridades competentes, el problema es que quienes ahora se burlan de esta situación, quienes compartieron memes sobre lo agradable que es la vida sin mujeres o lo mejor que estaría el mundo sin nosotras muy probablemente solo tomen conciencia hasta que les suceda a una mujer cercana, ¿por qué tenemos que esperar a que esto suceda? La verdad es que estamos cansadas de pedir por favor que no nos maten y que se nos garantice una vida libre de violencia.

Esta columna fue escrita el 9 de marzo, en teoría aún tendría que estar en paro, pero la realidad es que a veces no podemos parar, porque la violencia no descansa, también es verdad que un número muy grande de personas sigue pensando que si nos matan es porque nos lo merecemos y que si no nos respetan es porque “no nos lo ganamos”, nunca antes los grupos vulnerables han alcanzado el respeto de sus derechos apelando a la moral de los opresores, por ello nunca más vamos a callar ante las injusticias y no paparemos hasta que se nos reconozca lo que nos corresponde, no pedimos más, pero tampoco nos vamos a conformar con menos, yo volví hoy, puedo hacerme presente, ahora ¿Qué vas a hacer tú por las que no regresaron?

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