Se estima que en México por cada hombre que murió debido al terremoto del 2017 dos mujeres perdieron la vida
Se estima que en México por cada hombre que murió debido al terremoto del 2017 dos mujeres perdieron la vida
Se estima que en México por cada hombre que murió debido al terremoto del 2017 dos mujeres perdieron la vida, las víctimas fatales de esta catástrofe fueron mayormente mujeres y niñas, esto debido a las actividades que llevamos a cabo cotidianamente dependiendo de nuestro género y las condiciones en las que laboramos, los terremotos vistos como desastres naturales no son en sí mismos ni machistas ni misóginos, pero el modo en que hemos organizado la carga de trabajo y las obligaciones tanto de la crianza como de cuidados a terceros o de trabajo en casa dan como resultado que las mujeres seamos más vulnerables a morir a consecuencia de un siniestro de este tipo.
La feminización de la pobreza a nivel mundial es un fenómeno que ha ido tomando notoriedad en los estudios económicos en los últimos años, esto quiere decir que cuando hay condiciones de pobreza usualmente las mujeres sufren pobreza extrema, aparte de mayor desnutrición y violencia de varios tipos, del mismo modo que con los desastres naturales, todo esto es consecuencia del sistema que hemos adoptado dónde se le da una mayor carga de trabajos y de responsabilidad a las mujeres, así como un doble estándar cuando se trata de trabajos usualmente no remunerados, como el cuidado de niños o personas de la tercera edad, limpieza de la casa, cocina, etc., no es coincidencia que las mujeres percibamos menores ingresos que los hombres por realizar el mismo trabajo.
Con la pandemia de covid-19 que vivimos actualmente sucede algo similar, aunque el virus no afecta especialmente a las mujeres, si nos afectan las condiciones en las que nos encontramos ya que nos hacen más propensas a sufrir violencia, al grado de llegar al feminicidio, a partir de que dio comienzo la cuarentena se han disparado las llamadas por violencia doméstica a las líneas de emergencia, no sólo en México sino en todos los países que han adoptado el aislamiento como medida para frenar el coronavirus, se estima que en México cuatro de cada diez hogares son llevados por jefas de familia, no sabemos aún si habrá apoyos de algún tipo para sobrellevar la difícil situación económica que se avecina, también sabemos que las niñas son las principales víctimas de violencia sexual en el país y que sus agresores son mayormente personas de su familia o allegadas, así que durante el periodo de cuarentena se ven en una posición aún más vulnerable; otro de los escenarios poco visibilizados es que el sector salud está mayormente integrado por mujeres (sobre todo administrativos y enfermería), en este caso ellas si se ven mayormente afectadas al no contar con los insumos necesarios para su protección, quedando con más posibilidades de contraer el virus durante su jornada laboral.
Los desastres naturales, las pandemias y la pobreza no tendrían por qué afectar de modo distinto a las mujeres que a los hombres, en este caso son una especie de termómetro que mide la desigualdad que vivimos de manera cotidiana pero que ahora se hace aún más evidente, la falta de mecanismos para atender a las víctimas ha cobrado ya varias vidas, no podemos dejar que siga pasando, si vives violencia en casa y no tienes a donde ir puedes comunicarte al 800 822 44 60, es el número de la red nacional de refugios, atienden a cualquier Estado de la República , si vives en Veracruz puedes comunicarte al 075 para recibir asesoría psicológica, jurídica y de trabajo social de manera gratuita por parte del Instituto Veracruzano de las mujeres, queda más que claro que la violencia de género no se fue a cuarentena, pero quienes luchamos contra ella tampoco.