​La violencia contra las mujeres y niñas en los países que presentaron la cuarentena como medida para hacer frente al covid-19 se ha disparado hasta en un 80%, si bien algunos delitos han ido a la baja (como el robo a mano armada), otros como el feminicidio, violencia sexual o violencia intrafamiliar han presentado un aumento significativo. 

En el caso de México los refugios para mujeres en situación de violencia extrema reportan un repunte en las solicitudes de asilo, llegando a ser el doble que antes de la cuarentena, la Red Nacional de Refugios reporta también un alza importante en las llamadas por violencia de género, se estima un 60% más en comparación a los meses previos al aislamiento, dicha información ha sido corroborada por múltiples asociaciones civiles encargadas de atender violencia, así como por los Institutos de las Mujeres; es importante señalar que las agresiones sexuales a mujeres y niñas son mayormente llevadas a cabo en su propia casa por algún hombre cercano, con el aislamiento las posibilidades de vivir violencia sexual aumentan, mientras que las de denunciar disminuyen.

En 2019 muchos refugios tuvieron que cerrar sus puertas debido a la tardía liberación del presupuesto para sus funciones, dicho recurso es manejado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en el presupuesto federal 2020 hay una partida denominada “subsidios para refugios y centros de atención externa de refugios para mujeres víctimas de violencia”, la cual no ha sido entregada en lo que va del año, forzando a trabajar con recursos propios y en situación precaria.

ONU mujeres ha solicitado priorizar los servicios de prevención y respuesta ante la violencia de género, así como generar estrategias de mitigación de efectos económicos dirigidos a las mujeres, para ello es necesario incluir el enfoque de género en la respuesta ante esta pandemia, sabemos que un aproximado de 4 de cada 10 familias en el país son llevados por una jefa de familia, muchas de ellas trabajan en el sector informal, dichos núcleos familiares podrían quedar en situación aún más vulnerable si no hay una ruta a seguir donde se tomen en cuenta sus particularidades.

La mayor parte del personal de salud de primer contacto está conformado por mujeres, siendo las enfermeras y el personal de limpieza quienes más riesgo presentan de contraer coronavirus si no se les dota del material necesario para salvaguardar su integridad, desafortunadamente no es el único riesgo al que se enfrentan, en últimas fechas han habido reportes de violencia y discriminación en contra de mujeres que laboran en los hospitales por parte de su misma comunidad, dichas agresiones justificadas por la idea errónea de que pueden contagiar a quienes les rodean, es necesario garantizar su derecho a una vida libre de violencia, así como sancionar a quienes sean responsables de agredir al personal de salud.

Necesitamos que Hacienda libere la partida de subsidio para Refugios y Centros de Atención Externa para mujeres víctimas de violencia, así como una campaña específica para dar a conocer las líneas de atención de violencia de género y los números de emergencia, queremos que el gobierno de a conocer su plan emergente para mitigar el impacto económico del covid-19 con perspectiva de género, es lo mínimo que requerimos para hacer frente a la violencia feminicida que vivimos, la cual ha cobrado más vidas al día de hoy que la pandemia de coronavirus.​​