​En México matan un aproximado de diez mujeres al día, la mayor parte de estos crímenes fueron llevados a cabo en la casa de la misma víctima y cumplen las características de un feminicidio, lo que significa que muy probablemente antes de quitarles la vida hubo violencia sexual, el agresor fue su pareja o un hombre cercano, el cuerpo fue expuesto en vía pública y se le infligieron lesiones o mutilaciones degradantes previas o posteriores a la privación de la vida, a pesar de ser un problema complejo que implica análisis y diagnósticos claros seguido nos encontramos con explicaciones simplistas que poco o nada aportan para erradicar la violencia contra las mujeres, las más comunes giran en torno a la pérdidas de valores y a la descomposición social, pero ¿qué es lo que quieren decir con esto?

Pareciera más una muletilla que una explicación seria sin embargo podemos encontrar a reconocidos políticos, funcionarios y profesionistas exitosos diciendo en sus discursos, con una seguridad casi envidiable que todo lo que está sucediendo es por culpa de la falta de valores, lo que nunca dicen es comparado a cuándo es que se dio esta pérdida, si hasta hace relativamente poco una mujer no podía votar, estudiar ni heredar tierras, también podía ser víctima de violación y la ley ejercer perdón si su violador se casaba con ella, con un sistema abiertamente misógino que poca gente se atrevía a desafiar realmente me cuesta trabajo pensar que en algún momento los “valores” (que tendrían que ser más bien garantías) que mencionan estuvieran presentes.

Otra vertiente de la hipótesis de la pérdida de valores y la descomposición social viene con una realidad que al tomarla como causa de la violencia contra las mujeres apunta más hacia la revictimización, en nuestro país 4 de cada diez hogares son llevados por madres solteras sin el apoyo del padre de sus hijos, lo que les lleva a una situación vulnerable al tener que hacer malabares con los gastos de la casa, los horarios laborales y el cuidado que requiere un menor de edad, cuando se responsabiliza a las familias monoparentales por la situación que como sociedad vivimos se deslinda de responsabilidad a los padres ausentes y a la falta de apoyo gubernamental hacia este sector, así como también se invisibilizan los motivos por los que estos matrimonios llegaron a su fin, que en muchos casos está relacionado con la violencia intrafamiliar.

Para combatir el feminicidio y la violencia de género necesitamos, entre otras cosas, visibilizar el problema, reforzar el sistema de justicia, fortalecer las instituciones encargadas de transversalizar la perspectiva de género, fomentar programas de reeducación, así como acceso a la información certera y oportuna acerca de la problemática que vivimos, sostener discursos moralistas solo nos aleja de las soluciones reales, siempre que alguien mencione la descomposición social y/o pérdida de valores como causas de la misoginia es pertinente preguntar a que se refieren, así como en lo consecuente tratar de borrarlas de nuestro argot, ya que poco o nada aporta a la causa.