El 28 de octubre el INE aprobó la iniciativa “3 de 3 contra la violencia hacia las mujeres”, reforma histórica que en definitiva cambiará el rumbo de la política en nuestro país y muy probablemente de las acciones que emanen desde los diversos puestos de toma de decisiones que se eligen con el voto popular, a pesar de que han pasado 67 años desde la conquista del derecho del sufragio de las mujeres aún no se ha alcanzado la igualdad, en cada ocasión que se implementa alguna medida para lograr piso parejo en la contienda electoral, quienes están en contra del progreso de las mujeres encuentran el modo de brincarse las leyes y poner trabas, sin embargo cada vez afinamos más las acciones para detectar a quienes bloquean la tan necesaria igualdad sustantiva y sancionarles.

Quien aspire a una candidatura en 2021 deberá cumplir con no ser deudor de pensión alimenticia, no ser acosador sexual y no ser agresor de mujeres en el ámbito familiar y político; en México se estima que casi la mitad de los núcleos familiares son llevados por una jefa de familia, la mayoría con nulo o poco apoyo del padre, situación que por desgracia se ha normalizado y en bastantes ámbitos se culpa a las mismas víctimas de su situación, sin embargo, la violencia económica está tipificada y deriva en un atentado contra la supervivencia de quienes la padecen, es grave tener cifras tan altas de deudores alimentarios en el país, más aún que hasta ahora nada les impidiera ser alcaldes, diputados o senadores y aún con este puesto pudieran negarle el reconocimiento de sus derechos básicos a sus propios hijos.

De acuerdo a la encuesta nacional sobre la dinámica de las relaciones en los hogares, 9.2 millones de mujeres fueron sometidas en algún momento de su vida a algún tipo de intimidación, hostigamiento, acoso o abuso sexual, si bien ser hombre no es garantía de vivir sin violencia sexual, podemos ver un sesgo marcado de acuerdo al género al momento de ser víctima de estos ilícitos, por cada 9 delitos sexuales cometidos contra mujeres, hay 1 delito sexual cometido contra hombres, tan solo en 2018, 40,303 mujeres en México sufrieron una violación sexual, con estos números lo raro es que no haya habido antes un filtro para que los agresores de mujeres no pudieran acceder a candidaturas.

La violencia que vivimos las mujeres, adolescentes y niñas en México por el simple hecho de nuestro género es altísima, las leyes se crean en relación a limitar las acciones que afectan el bien común, son un control para la conducta social, quizás a simple vista pareciera que la creación de normas para proteger nuestro derecho a vivir una vida libre de violencia es un privilegio, pero en realidad nos demuestran la crueldad con la que hemos sido tratadas, a tal grado que es indispensable que existan instancias especializadas para nuestra protección, no basta con el hecho de ser seres humanos, tiene que haber una fuerza externa que obligue al grueso de la población a tratarnos con respeto, el 3 de 3 contra la violencia viene a evidenciar todo lo que nos falta por recorrer para lograr el pleno reconocimiento de nuestros derechos, el hecho de implementarlo de manera firme es un buen mensaje, que tiemblen los machistas, no más premios a la misoginia. ​