Comienza diciembre y con él un montón de festividades que a muchas personas nos llevan a querer mantener cierto ambiente familiar de paz, aunque sea a veces de modo artificial...
Comienza diciembre y con él un montón de festividades que a muchas personas nos llevan a querer mantener cierto ambiente familiar de paz, aunque sea a veces de modo artificial...
Comienza diciembre y con él un montón de festividades que a muchas personas nos llevan a querer mantener cierto ambiente familiar de paz, aunque sea a veces de modo artificial; la presión social para conservar una imagen durante las fiestas navideñas en ocasiones resulta en la permanencia de las mujeres en escenarios violentos con tal de cumplir con la exigencia que se ejerce hacia ella de ser “buena madre” o “buena esposa”, situación más compleja de lo que se pudiera apreciar a simple vista y que por desgracia para algunas el desenlace son agresiones con consecuencias mortales.
La tendencia durante el periodo decembrino es que las denuncias formales de violencia bajan, con un alza dramática en enero, no es coincidencia que suceda de este modo, ¿cuántas veces hemos escuchado a las propias familias sugiriéndoles a las víctimas que toleren a sus agresores con tal de “darles un padre a sus hijos” ?, por desgracia es una idea que todavía hoy prevalece en gran parte de la población, pensar que es obligación de las mujeres servir de “pegamento” en las relaciones padre-hijos, aún si esto afecta directamente su salud física, mental y emocional, esta aparente tregua entre agresores y sus víctimas termina de manera abrupta junto con las fiestas, casi siempre la violencia se retoma con más fuerza, rompiendo con la ilusión de poder mantener la armonía por tiempo indefinido.
Para poder terminar con esta problemática tenemos que atacarla desde varios flancos, si sabemos de una mujer que esté viviendo violencia al interior de su familia jamás sugerir que lo tolere con el pretexto de que debe sacrificarse con tal de que alguien más esté bien, aún si de sus hijos hablamos, permanecer en un ambiente violento nunca es la opción adecuada; conocer los números de emergencia y las rutas de actuación en casos de violencia intrafamiliar es también indispensable, las instituciones que cuentan con la atribución de brindar seguridad a las víctimas están obligadas a intervenir en situaciones de riesgo, nunca desestimar su participación y la diferencia que puede hacer una llamada al 911, exigir que cumplan con su trabajo es parte también de las acciones que como ciudadanía tenemos que llevar a cabo.
Ninguna fecha ni pretexto es suficiente para disculpar la violencia, de ningún tipo pero particularmente la violencia contra las mujeres, una navidad feliz comienza con un ambiente propicio para darle fin a cualquier incidente que pueda dañar la vida de una mujer, el trabajo personal para acabar con el ciclo de la violencia es importante, mantenernos como red de apoyo social es también de vital importancia, que este 2020 nuestro propósito sea abonar a erradicar la violencia.