Por.- José Alfredo Bandala Almeida.
Federico Santos Calderón (1923- 1986). Un día martes 31 de julio de 1923 nace en la pequeña comunidad de San Pedro Comitancillo, Oax., corazón del istmo de Tehuantepec, el niño Federico Santos Calderón. Hijo de Don Donaciano Santos Ortíz y Tomasa Calderón Cueto
El niño Federico, desde muy temprana edad mostró su inclinación por la música a tal grado que él confeccionaba con tablitas una marimba y las colocaba en sus piernitas. Al notar esa peculiaridad, su hermano mayor, Leoncio, le habló al encargado de la marimba de la Escuela Normal de la localidad para que lo aceptaran como oyente en los ensayos de la misma. Al ver las aptitudes del pequeño Federico le enseñaron a tocar la marimba, lo tenían que subir a un banquito para que alcanzara, pues contaba con tan sólo 8 años de edad y es así como incursiona en el mundo musical.
En su adolescencia, se traslada a Matías Romero, donde se integra a un grupo marimbístico que traían saxofones, él aprovechó la oportunidad y aprendió a tocar con ellos el solfeo y a tocar Sax.
Tiempo después, lo contratan en El Barrio de la Soledad, Oax., para que les enseñara a un grupo de jóvenes a tocar la marimba, pues querían formar un grupo musical.
A sus 21 años de edad, sabiendo tocar ya varios instrumentos musicales y en busca de nuevos horizontes, se traslada a Las Choapas y llega en el año de 1944. Ahí vivía ya una hermana de él quien se había casado con un petrolero. Su cuñado lo apoya de inmediato al comprarle una marimba en Pijijiapan, Chiapas, y de inmediato formó un pequeño grupo marimbístico llamado “Rayito de Sol”.
Es en nuestra ciudad donde conocería al amor de su vida, la señorita Juana Rueda Zamudio, con quien después de un tiempo de lindo romance llegan al altar. Nace su primer hijo a quien le pondrían por nombre Romeo. Cuando termina el 4to., año de primaria en la Escuela Artículo 123, se van a radicar a la ciudad de Poza Rica, Veracruz.
En esta ciudad petrolera, Don Federico también se dedicó a la música dirigiendo la orquesta “Veracruz”. También se dedicó a hacer arreglos musicales para otras orquestas y alternaba su actividad musical con su trabajo diurno en la Compañía “Perforadora Latina” que le trabajaba a Pemex. Años después y con la antigüedad que había generado en esa compañía, decide regresar a Las Choapas, donde firmó la planta en Reparación y Terminación de Pozos.
Su hijo mayor, Romeo, se queda en Poza Rica e ingresa a estudiar la Normal Superior. Como materia llevaban “Educación musical” y es así como aprende el solfeo y a tocar el sax. Una vez que se gradúa como maestro normalista, se va a dar clases a Dolores Hidalgo, Gto., y al saber que toda su familia ya se encontraban en Las Choapas, pidió su cambió al estado de Veracruz pero le dieron San Andrés Tuxtla.
Al año siguiente volvió a insistir y lo mandaron a Coatzacoalcos y fue hasta 1967 que logra llegar a Las Choapas a través de una permuta.
El joven maestro Romeo, sólo llevaba 6 años ejerciendo su profesión cuando llegó a Las Choapas, pero la suerte se le atravesó al toparse con un paisano istmeño que era delegado de trabajo de la Sección 26 y le propuso una plaza definitiva y es así como deja el magisterio para convertirse en petrolero, para en estos días de noviembre del 2020, después de 30 años con 248 días se encuentre gozando de una justa jubilación.
Cuando el hijo mayor de Don Federico, Romeo, llega para quedarse en Las Choapas, es que al músico istmeño se le ocurre la brillante idea de formar un grupo musical familiar, pues Romeo ya sabía tocar el sax y solfeo y sus hermanos más pequeños, quienes traían en los genes el don musical, aprendieron muy rápido a tocar los demás instrumentos.
Es así como en el año de 1968 se funda oficialmente el grupo musical “Federico y sus Sagitarios”, conformado por Don Federico Santos como director y ejecutando el sax alto y el órgano electrónico. Sus hijos, Romeo, en el sax, tenor teclado y voz; José Alberto, en la batería; Federico Jr., en los timbales; Bernabé Rodríguez, en el bajo y 1ra voz; Gilberto Aguirre Montalvo, en la guitarra eléctrica, y Armando García, en las tumbas. Tiempo después se incorporó su hija Isabel como cantante.
Para elegir el nombre del grupo, imperó la democracia absoluta, pues Don Federico le pidió a cada integrante que en un papel anotaran sus propuestas, el nombre que más les agradara siempre y cuando no existiera otro grupo musical a nivel profesional con el mismo nombre.
Se metieron a un cubo todas las propuestas escritas en un papelito y el primero que salió fue el de “Sagitarios”. Lo curioso es que nadie era de ese signo zodiacal, pero como esa era la mecánica, se respetó.
El grupo musical, desde su aparición en público fue una novedad y un éxito garantizado porque fue el primer grupo electrónico con el género que manejaban que hubo en Las Choapas. Estaba el EGO de Mario Valencia, pero esos jóvenes tocaban en sus inicios música moderna de los grupos de aquel entonces como Led Zeppelin, Bookers T, Carlos Santana, The Ventures y otros. Con el paso de los años, fue que introdujeron a su repertorio música tropical. Eran para públicos totalmente diferentes, Don Federico había captado desde sus inicios a la gente adulta.
“Federico y sus sagitarios”, fue un grupo musical polifacético porque dominaban todos los géneros musicales, desde un democrático corrido mexicano hasta un aristocrático vals, además de la salsa, mambo, tropical, baladas y boleros con los arreglos de Don Federico que sólo identificaban a ese gran grupo musical.
Don Federico, admiraba a músicos como Dámaso Pérez Prado, Ramón Márquez, Ray Conniff de quienes al verlos, les aprendió mucho y lo aplicó en todas las organizaciones musicales que tuvo.
El éxito y gusto del público por esta organización musical iba en aumento con sus dos temas de la autoría del músico istmeño, “Las Choapas” que ha sido hasta nuestros días el ícono de nuestra ciudad, ya que hasta en bailables escolares la han adaptado, pues describe las belleza de la mujer choapense, así como la riqueza de sus recursos naturales, y “En silencio”.
Don Federico fue quien musicalizó el himno de la Escuela Secundaria Federal “Lázaro Cárdenas del Rio” de nuestra ciudad. El autor de la letra lo es Francisco Romero Vázquez, quien comenta que el día que se entonó por primera vez éste glorioso himno en la sala del cine de la Sección 26, ahí estuvo Don Federico, quien lo disfrutó enormemente emocionado.
Los bailes de más categoría que se llevaban a cabo en la Cámara Junior, Terraza Prados, Club de Leones y el club petrolero, cuyo promotor era Lenin Ocharán y su espectacular “Luz Negra”, siempre fueron alternados por ellos, con los mejores grupos musicales de aquellos años, como los Ángeles Negros, Sonora Santanera, los Socios del Ritmo, Toño Quirasco, los Babys; Juan Torres que estaba en su apogeo y era la sensación, Los Aragón, Los Dinners, Los Joao, Los Kasino de Chucho Pinto, entre otros.
Aunque Lenín Ocharán, era su yerno y era el promotor de esos bailes, “Don Federico y sus sagitarios”, los alternaban porque el público así lo exigía.
Tendría yo alrededor de 7 años de edad y vagamente recuerdo cuando en nuestro hogar, “cuchichiando”, mi madre y mi abuelita, Sra. Carmen García, nos acostaban a los 7 hermanos a dormir, pareciera una madrugada de día de reyes magos, pues alrededor de las 2 de la mañana mis padres, Sr. Rubicel Bandala y mi madre, Sra. Olga Almeida, sin “querer hacer el mínimo ruido” nos despertaban con sus risas porque regresaban de esos espectaculares bailes. Parecía que estuviera soñando al ver elegantemente vestida a mi madre con vestido largo y bellamente maquillada. Le preguntaba a ambos: a dónde van? Y en automático, contestaban: “duérmanse, duérmanse que ya es tarde”, ellos ya habían regresado.
No se perdían ni un baile donde amenizara “Federico y sus sagitarios”, al igual que sus eternos amigos, actualmente compadres, quienes siempre se acompañaban a esos eventos como la Sra. Celia Macías y Don Daniel Cortés (+) (la manzana), Sra. Hilda Palavicini y Sr. Ulises Sánchez Ulín (+), mi madrina Toñita Martínez Flores y mi padrino Toribio Reyes Camacho (+); Sra. Charito Sánchez Ulín (+) y Don Margarito Aguirre (+); José Cortés (+) y Conchita Casanova (+).
Eran muy pocos los grupos musicales que había en esos años en nuestra querida ciudad, y la competencia de Don Federico y sus sagitarios eran Mario Valencia y el EGO, Grupo Caribe de Don Fidel Maldonado, el grupo marimbístico de Teófilo Lara Anota.
Después de mantenerse en la cúspide del éxito en Las Choapas y ciudades aledañas, llegó el momento de grabar un disco. Don Federico siempre aspiró al éxito y se le estaba dando con los hits musicales de su autoría, pero él sabía que grabando un acetato, su proyección sería más extensa territorialmente y es así como acuerdan con Discos Musart la fecha y lugar para una prueba y tratar de grabar su primer disco.
Para ello, Don Federico le hizo un arreglo musical a “Norma la de Guadalajara” de Dámaso Pérez Prado que fue con la que la disquera les hizo la prueba. Los directivos quedaron maravillados por la interpretación de esa melodía pero, había un pero… les dijeron que su estilo se asemejaba al de “Los Aragón” y no podían grabar con discos Musart porque “no podían echar al palenque dos gallos del mismo dueño”.
Es así como el primer disco de “Federico y sus sagitarios” salió con el sello de Discos Cisne, una filial de discos Musart.
Esa primera grabación se vendió como pan caliente que Don Federico tuvo que pedir a la disquera otro tiraje. En cuanto salió el disco, “Federico y sus sagitarios”, los llevaban a todas sus presentaciones para su venta, y así recuperar la inversión. También los llevaban a las radiodifusoras de Coatzacoalcos y Villahermosa para promocionarlo.
Pasaron sólo 10 meses y fue la propia disquera quien los contactó para una nueva grabación y en ese contrato se incluía la difusión del nuevo material por parte de la empresa.
Con la grabación de estos dos discos, el grupo musical tuvo una proyección inimaginable y su radio de acción se amplió y ya los solicitaban para tocar en Ciudad del Carmen y Champotón, Campeche; Salina Cruz y Matías Romero, Oaxaca, así como en el puerto de Veracruz, Coatzacoalcos, Minatitlán, Tuxpan y más poblaciones aledañas a Las Choapas.
Entre 1971 y 1972, con el éxito al máximo, Don Federico pide un permiso por 8 meses en Pemex para probar suerte en la Ciudad de México. Tenían un representante que les conseguía los contratos, pero como el S.U.T.M.D.F. (Sindicato Único de Trabajadores de la Música del Distrito Federal) que aglutinaba a todos los músicos del D.F., tenía sus delegados que vigilaban a todos los grupos foráneos y para permitir que trabajaran en la ciudad, les asignaban un día de servicio social tocando en alguna plaza pública los días domingos, y a “Federico y sus sagitarios”, les asignaron tocar en la alameda central, a un costado de Bellas Artes.
El secretario General de dicho sindicato lo era Venus Rey, quien era director de la Orquesta de Venus y que en el año de 1955 amenizara una clausura escolar de la Escuela Artículo 123, en nuestra ciudad.
Debido a que Don Federico ya no pudo renovar otro permiso en la paraestatal, se vieron en la necesidad de regresar a Las Choapas y cuál sería la grata sorpresa de que el trabajo se les triplicó y la idea de regresar a la Ciudad de México se desvaneció. Cada presentación del grupo musical en Coatzacoalcos eran publicadas en el Diario de Sotavento y La Opinión, los periódicos de mayor circulación regional en esos años.
El día 18 de Octubre de 1986, la sociedad choapenses, el gremio musical, así como familiares recibieron la triste noticia de que Don Federico Santos Calderón junto con su esposa y su cuñada Teresa, hermana de su esposa, fallecían en un fatídico accidente automovilístico, a la altura de Tecamachalco, Puebla, sobre la autopista Orizaba-Puebla.
Trasladaron sus cuerpos a la ciudad que lo vio triunfar y a la cual él amó y le dejó plasmado su cariño con su música y letra en la melodía “Las Choapas”. Sus restos posan en el panteón municipal de nuestra ciudad.
En ese accidente también iba Angélica, hija de Don Federico quien por milagro de Dios salvó la vida pero con múltiples fracturas. Años más tarde, ella sería la presidente municipal de nuestra querida ciudad y la que sin lugar a dudas, ha hecho el papel más digno como primera autoridad de nuestro municipio.
Estas dos melodías, “Las Choapas” y “En Silencio”, la podemos escuchar en YouTube si lo buscamos como Federico y sus Sagitarios.
Al fallecer Don Federico, sus hijos José Alberto, Federico y Juan Carlos que trabajaban en los complejos de Pemex en Coatzacoalcos, se llevaron todo el equipo para allá y continuaron en esa ciudad con mucho éxito ya con el nombre de “Sagitarios Show”, dirigidos por José Alberto Santos, habiendo cosechado innumerables éxitos hasta este 2020 que sigue el grupo vigente.
Debido a que Federico y Juan Carlos pasaron al régimen de confianza en la paraestatal, y su trabajo les demandaba más tiempo, tuvieron que separarse del grupo musical y es José Alberto quien sigue al frente, sólo como administrador del mismo.
Romeo, al quedarse en Las Choapas formó el súper grupo “Bahía”.
Con la escuela que traía de su padre, Don Federico, logró un conjunto musical que cosechó muchos éxitos en todo el sureste y desde luego con su público local.
Tiempo después, en 1988, viajan a la Ciudad de México para grabar su primer disco con el sello EMI Capitol y con ello, se amplió su radio de acción, dejando en el recuerdo del público choapense, una huella y un recuerdo indeleble que aún hasta hoy, se les recuerda porque fue el último grupo, digno representante musical de nuestra querida ciudad.
En 1994, se desintegra esta asociación musical, al aplicarse un ajuste en Pemex, cancelando muchas plazas de trabajo en las que salieron afectados varios elementos de este grupo que fungían como trabajadores transitorios. Súper Grupo “Bahía” lo integraban Romeo Santos, Alejandro Ramírez, Bernabé Rodríguez, Raúl Ross, Martín Martínez, Mariano Antonio, J. Alberto Sánchez y Víctor Zamora Ayala.
Innumerables personas provenientes de la zona del Istmo de Tehuantepec llegaron a nuestra ciudad que no terminaríamos de mencionarlas a todas. Don Federico, dejó un gran vacío entre la gente que lo conoció, él llegó a Las Choapas a aportar y con su música dejó una huella que permanecerá por siempre.
La personas que hoy en día oscilan entre los 70 y 85 años de edad, son quienes en su juventud disfrutaron al máximo la música de este gran músico istmeño. A su llegada, ganó Las Choapas, ganó la juventud de esa época por pasar veladas inolvidables en los bailes donde su grupo musical tocaba. Con su partida, perdimos todos.
El día de hoy hacemos un homenaje póstumo a este gran ser humano, a este gran padre, a este gran amigo, a este gran vecino del Barrio de Tepito, a este gran músico que eligió nuestra ciudad para darle alegría con sus interpretaciones con su único estilo y heredar en sus hijos la misión de seguir alegrando al sureste del país pues “Sagitario Show” sigue vigente.
RESPETUOSAMENTE
JOSE ALFREDO BANDALA ALMEIDA
Agradezco infinitamente al maestro Romeo Santos por la información proporcionada a un servidor para la realización de la presente publicación.
Letra de “Las Choapas”
Autor y arreglo musical:
Chopa se llamaba, hoy se llama Choapas
Chopa se llamaba, hoy se llama Choapas
Chopa se llamaba aquel lindo pescadito
En verdad bella ciudad
De chopa en Choapas ha convertido
Es emporio petrolero y también de ganaderos
Hay maizales y arrozales, hay plantíos de huleríos
Vamos a Las Choapas
Hay lindas muchachas
Son bellas y guapas
Vamos a Las Choapas
Chopa se llamaba, hoy se llama Choapas
Chopa se llamaba, hoy se llama Choapas