Las circunstancias de la política le han regalado al PAN la oportunidad de actuar con pensamiento estratégico y ofrecer, al menos en el discurso, que está contra la corrupción y la impunidad: Su voto define el desafuero como Diputado de Alejandro Moreno Cárdenas y, si se deshace de este lastre, hasta conservaría vivo el engendro de Va por México.
La Sección Instructora, el organismo de la Cámara de Diputados que procesa la declaración de procedencia o desafuero, está integrada por dos de Morena, uno del PRI y otro del PAN, así que de este último partido depende si “Alito” se mantiene impune o es procesado hasta para resultar absuelto y, en beneficio propio, dejar en ridículo a sus acusadores.
Si el PAN depone su conducta de fata de resistencia moral, la operación sería muy simple y la votación del desafuero de Moreno Cárdenas dejaría en claro muchas cosas.
Por ejemplo, si los diputados de Morena Jaime Humberto Pérez Bernabé y Leonel Godoy votan en contra del desafuero, unidos al priista Rubén Moreira, se desnudaría un pacto de impunidad a favor de Moreno Cárdenas.
Claro, si ambos morenistas se pronuncian por retirarle el fuero, tal como está perfilado y Moreira se opone, el voto decisorio lo tiene José Elías Lixa Abimerhi, del PAN.
Como se sabe, la decisión de retirarle el fuero constitucional al presidente del PRI debe ser por unanimidad o por mayoría de tres de los cuatro integrantes de la Sección Intructora. Si hay un empate, que se lograría con el voto del PAN, se empantanaría el proceso y, en los hechos, garantizaría la impunidad del priista.
El desafuero de “Alito” está, entonces, en manos solamente del PAN.
El Diputado yucateco Lixa Abimerhi es esposo de la secretaria de Promoción Política de la Mujer del CEN del PAN, Adriana Aguilar, y ambos pertenecen al grupo íntimo de Marko Cortés, presidente de ese partido, y, por tanto, el desafuero es una la decisión directa de éste.
Si Cortés responsabiliza a Moreno Cárdenas de haber colapsado la coalición PRI-PAN-PRD, después de los desastrosos resultados en las elecciones y sobre todo luego de que avaló el “si nos tocan a uno nos tocan a todos”, entonces se le presenta la oportunidad para reencauzar el juego político y, ya sin el presidente priista, revivir a Va por México.
Cortés debe tomar en cuenta cómo Moreno Cárdenas se ha ido haciendo cada vez más chiquito: Ya fue destituido como presidente de la Comisión de Gobernación de la Cámara de Diputados, el PRI ya no preside la Junta de Coordinación Política y tampco controla las elecciones del Estado de México y Coahuila, cuyos gobernadores, Alfredo del Mazo y Miguel Riquelme, son los que conducen la sucesión.
La única posición que le queda a Moreno Cárdenas en la Cámara de Diputados es la presidencia de la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación, que encabeza su paisano Pedro Angulo Briseño, sobre quien la Gobernadora Layda Sansores daría a conocer audios que luego, hace una semana, decidió suspender.
Así, con los dos únicos gobernadores que le quedan al PRI en contra, con los senadores encabezados por Miguel Angel Osorio Chong que lo desafían, con sus antecesores que lo combaten y ahora con los creadores de Va por México que lo culpan de romper la coalición, que todos quieren, Moreno Cárdenas está en manos del PAN.
Si el PAN de Cortés, que en realidad lidera Santiago Creel, perdona a Moreno Cárdenas y lo libra del desafuero, la única certeza que tienen es que seguirán cargando con el desprestigio del personaje, que volverá a traicionar y, sobre todo, que vendrán más derrotas.
Si el PAN tiene un mínimo de sentido común, ya no mente estratégica, y sobre todo si deja de aterrorizarle la soledad, optará por desaforar a Moreno Cárdenas. Si lo respalda, como un partido sin coraje y sin vergüenza, de todas todas maneras será cabús del PRI por lo pronto en las elecciones del Estado de México y Coahuila.