Teresa Carbajal
Sin duda la segunda cuesta del año 2023 representa ya un motivo más de preocupación para las madres y los padres de familia, que este año entre tantos obstáculos han logrado cruzar con grandes esfuerzos y sacrificios, la meta de un ciclo de estudios concluido a pesar de la pandemia, la inflación, la carestía y el aumento en las tasas de interés.
Este año, en el que paradójicamente se han roto los récords de ganancias y utilidades que los bancos han obtenido de los deudores, por el imparable aumento de las tasas de referencia impuestas por el Banco de México (Banxico) que, al aumentar a su vez, lo que se cobra por un préstamo, -medida para contener la inflación- sirvió solo para empobrecer aún más a quienes tienen deudas y van en caída libre.
Apenas por cerrar el primer semestre del año y no hay dinero que alcance, pues la quincena se va como agua con el gasto diario, ahora a eso súmele los gastos propios de los festivales de salida con todos los gastos “extras” que eso implica, y las cenas o festejos de graduación, pues se queda uno sin aliento.
Pero eso no es todo; ahora sigue lo de las inscripciones, útiles, uniformes, cursos de verano y lo que se acumule con motivo del regreso a clases, y que hay que cubrir sí o sí, pues la educación hoy mas que nunca no debe truncarse.
Así que ante este oscuro escenario no queda mas remedio que comenzar a hacer cuentas y si ya no hay ahorros, pues pensar en los medios de financiamiento (préstamos) a los que puede recurrirse sin resentir mucho daño, más, del que un préstamo de por si ya representaba en circunstancias normales, antes de la pandemia.
Repasemos algunas de las precauciones que les he platicado en este espacio, por ejemplo, una tarjeta de crédito según recientes cifras dadas a conocer por los organismos reguladores superaba al año pasado el cien por ciento de interés anual, motivo por el cual, se nos ha persuadido de recurrir al tarjetazo, pues ese ‘dinero de plástico’ sale más caro.
Los préstamos de financieras felices, que representan ese canto de sirenas disfrazado de cero requisitos, buró y garantías, terminan por convertirse en préstamos de los que los usuarios no salen felices, sino todo lo contrario, con tasas de hasta el 160 por ciento anual en caso de mora o atraso, tampoco son buena opción si no se analiza correctamente la viabilidad para su pago.
El préstamo adjudicado, en donde tienes que dar un enganche para entrar a la tómbola de las mensualidades, cruel dinámica en donde el 98% de los participantes no entienden de qué se trata el negocio, hasta que una vez que pierden su dinero, se dan cuenta que ellos fueron el negocio, en una especie de juego de ponerle la cola al burro.¿
Las cajas de ahorro, en donde de inicio te tienes que “enlistar” como socio y pagar tu certificado de aportación, ahí debes de tener mucho cuidado pues para empezar debes de conseguir lo del ahorro, para tener derecho a un préstamo, o sea un engaño porque algunas cajas terminan negándote (cual Judas) como socio, y tratándote peor que desconocido, a la hora de hacer cuentas en el juzgado.
Flores de abundancia, telares, y tandas, pues tampoco serán la opción pues ya se ha visto, que es mayor el riesgo que el beneficio, y a veces pierdes con el “número” hasta la amistad, ejemplos hay muchos.
Nada de ir con el agiotista del pueblo, porque si tienes la osadía de firmar en blanco, pues para qué te cuento la que te espera, en síntesis, una bola de intereses que pondrá en riesgo hasta tu casa o la de aval, si es que dejan eso en garantía.
Ni de chiste se te vaya a ocurrir ‘bajar la app’ financiera porque aparte del dinero vas a perder tu privacidad y tus datos personales, así como tus amistades pues les van a cobrar a ellos, pagues o no pagues.
Ah, ¿el empeño? Bueno, lee bien las letras chiquitas y no vayas a caer en esa publicidad engañosa en donde termines perdiendo el auto, la joya, o la prenda, pues muchas de estas casas son implacables a la hora de la cobranza, en donde por poco y te dan horas para cumplir con el pago o te arrebatarán lo dado en garantía.