El Barzón tomó su nombre de un corrido que relataba las atrocidades cometidas en contra de los campesinos de aquella época, y lo hizo precisamente para protestar por las similitudes de la vida que éstos llevaban cien años después.

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El movimiento social más grande de protesta en repudio de la usura, comenzó por ser campesino para después acoger en sus trincheras a comerciantes, industriales y prestadores de servicios quienes tampoco podían pagar sus deudas con altos intereses; creándose así un frente de resistencia civil para luchar con unidad y solidaridad ante la falta de liquidez.

Desde entonces (1993) el Barzón se ha consolidado como una organización ciudadana pacífica, con una fuerza inédita para abrir canales de negociación con diferentes instituciones, incluso gubernamentales.

Ahora tenemos en nuestra agenda el caso de un productor cañero de la zona de Mozomboa, localizada en el municipio de Actopan, Veracruz quien a fines del año 2012 fue “beneficiado” por su organización gremial, con un crédito cuyo importe total destinó a la instalación de un sistema de riego por goteo relacionado con la caña de azúcar; dentro del clausulado se estableció un pago por la contratación de un seguro que garantizaría el importe del capital (y demás accesorios) en caso de siniestro, pago que desde luego le fue descontado.

A la fecha del primer pago, junio 2013, el predio del cañero acreditado sufrió un percance natural, pues el ciclón tropical “Barry” tocó tierra en la playa de “La Mancha” localizada a escasos kilómetros, declarándose zona de desastre a 76 municipios del estado de Veracruz, entre ellos Actopan.

El hecho que colocó de frente al acreditante y al acreditado ante la justicia de un tribunal federal de la Ciudad de México fue atendido desde un inicio por el Barzón, y el caso va, en que el juzgador se declaró incompetente para conocer del caso.

Aunado a ello hicimos las gestiones necesarias ante el organismo competente para llamar a procedimiento administrativo a la financiera que otorgó los fondos y el seguro del crédito, para saber por qué se pretende el cobro de lo que debió haber sido cubierto ante el desastre natural que provocó la insolvencia y la pérdida de la cosecha y parte de las tierras del productor.

Al mismo tiempo que nos encontramos en un proceso de diálogo conciliatorio con la organización cañera para tratar de resolver el conflicto y no perjudicar los intereses de los miembros de aquella asociación, ni tampoco los derechos patrimoniales, sociales, y fundamentales del acreditado. 

Pues por imperativo moral de nuestra historia y porque en el campo es en donde se dan las más comunes prácticas de despojo ilegal de tierras con acciones fraudulentas (en algunos casos debido a la ignorancia) reiteramos la vigencia de nuestra lucha siempre eficaz y fuerte, abierta y conciliatoria, siempre respetuosa de las instituciones y del estado de derecho.

¡No se reventó el Barzón!

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