Toda nueva oportunidad de pago debe entenderse como una reestructura, lo que implica una modificación de las condiciones originales en que se pacta un crédito afectando el saldo, el plazo y las tasas de interés; en adelante, un nuevo crédito.
En marzo los bancos anunciaron que otorgarían como “ayuda” por la falta de ingresos la oportunidad de aplazar o diferir sus pagos por 4 o 6 meses, dicho beneficio aplicaría únicamente a los clientes al corriente hasta el 28 de febrero 2020, excluyendo a quienes mostraran adeudos anteriores a esa fecha.
El 14 de mayo representantes de la Asociación de Bancos de México (ABM) declararon ante legisladores integrantes de la Cámara de Diputados que con estas acciones se habrían beneficiado a 2.7 millones de acreditados, de los cuales 1.4 millones correspondían a tarjetas de crédito.
Sin embargo como fue planteado de origen, el programa dejaba en apuros a quienes en condiciones normales de movilidad y trabajo no podían completar el pago de sus deudas. Por lo que no es extraño que -con datos del Banco de México- al mes de mayo del presente la cartera vencida en los créditos otorgados por la Banca a las familias llegó a 38 mil 328 millones de pesos, alcanzándose así la cifra más alta en los registros del Banco de México y superior en 12.8 por ciento a la de hace un año.
¿Conviene pensar, como dice el Presidente, que lo peor ya pasó? De no ser así, los 12 mil 858 millones de pesos (de saldo de cartera vencida a mayo 2020), tan solo en el segmento de tarjeta de crédito, registrada cuando apenas empezaban los efectos de la supresión de actividades labores remuneradas consideradas no esenciales, como el sector servicios, que llevó y sigue llevando a la quiebra a medianas y pequeñas empresas familiares de tradición y arraigo en sus lugares de origen, seguirá en ascenso.
Lo que será proporcional a la cantidad de juicios mercantiles por cobro de pesos, embargos y remates; ello sin considerar el sector hipotecario, como se le conoce a los créditos otorgados con el fin de adquisición de vivienda, o la obtención de liquidez a cambio de dejar en garantía la casa.
Vendrán entonces nuevos programas de “rescate” a los deudores, a cambio de dar por perdido lo hasta entonces abonado como pasó en el 94’ con las UDI’s, de ahí la urgente necesidad estar preparados y organizados para no dejarse presionar, olvidar la historia nos condenará siempre a repetirla.
Por cierto si Usted aceptó el apoyo de su banco para diferir pagos, le hago una pregunta, ¿Ya revisó sus estados de cuenta? Hágalo y lo comentamos.
Me despido con una buena noticia, se acuerda del caso de “Fabián” el empleado de plataformas contagiado de Covid, que solo no podía negociar con Santander y acudió al Barzón, pues que cree, que ya llegamos a un acuerdo justo de pago y ya pago!
Saludos a todos los compañeros Barzonistas que cada semana están atentos a ésta, su voz.
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