Las primeras horas del sábado 21 de agosto de 2021, fueron sin duda las más oscuras en años para los veracruzanos residentes en el Totonacapan y la Sierra de la Huasteca Baja; pues mientras dormían, Grace, un huracán categoría 3 arrasaba con sus casas, su siembra, su pequeño negocio y lo poco que les quedaba después de casi dos años de pandemia.
Guarecidos en sus viviendas los menos afectados, solo escuchaban la destrucción que por fuera “el monstruo” (como algunos lo refieren) causaba en árboles, postes, anuncios, y otras viviendas; mientras que quienes lo perdieron todo se quedaban atónitos al ver como sus techos, tinacos y demás bienes eran brutalmente arrancados de su lugar.
Llanto, lamentos, dolor y miedo, mas el cúmulo de emociones que solo conocerán quienes han vivido la furia de un huracán saben, fueron los sentimientos que los acompañarían hasta el amanecer. Mas al día siguiente la luz del día, les confirmaría lo que tanto temieron durante la noche.
A ello siguieron muchas horas de silencio e incertidumbre al no poder comunicarse con sus familiares para saber si estaban bien y, la descomposición de alimentos y reservas por la falta de energía eléctrica. Un escenario desolador y trágico que poco trascendió a la opinión pública casualmente por falta de comunicación, cierre de carreteras y porque en otros puntos del Estado también hubo otro tanto de daños y diferentes tipos de pérdidas que lamentar.
A casi ocho días de aquel suceso, los propios habitantes aún siguen en labores arduas de limpieza, solidaridad, y trabajo en beneficio de sus comunidades y vecinos quienes esperan levantarse de aquel mal momento vivido ante la amenaza del paso de una nueva tormenta y con lluvias que nada mas no dejan de caer.
En la escena nacional se habla de más retrocesos en la economía mexicana, pues con datos del INEGI se ha informado que el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) se contrajo respecto a mayo y presentó su peor desempeño en poco más de un año, la producción industrial cayó a menos cero punto cinco por ciento, las ventas minoristas cayeron menos cero punto seis por ciento, y la producción de constructoras menos cero punto nueve por ciento.
Con cifras oficiales también se reporta una fuerte caída, en el sector agropecuario, sector servicios, comercio minorista, servicios profesionales, científicos y tecnológicos; ello atribuido según expertos a los efectos de la tercera ola de contagios por el virus.
En Papantla una de las zonas más afectadas por el huracán, según información que me fue compartida por habitantes del lugar, el cono de huevo llegó a venderse en 80 pesos y el kilo de tortilla en 40 pesos.
Bajo este escenario, que contrasta sin duda con los discursos oficiales gobiernistas en donde se hace gala de la fortaleza del “plan de rescate” y ayuda para los afectados, en los que se afirma, sin detalles (seguramente para no caer en error) que no se escatimarán recursos para socorrer y asistir a los caídos.
La realidad desenmascara la mentira, pues lo que vemos es un Estado rebasado por la tragedia, que a lo más que a ha llegado es a la instalación de módulos de acopio para que sea el pueblo quien rescate al pueblo, lección que no es nueva y nadie tiene que venir a enseñarnos, pues así ha sido durante toda nuestra historia, y con confianza sé que así será y esta vez no habrá diferencia. ¡Saldremos adelante!
Pero mientras, que no se le acuse al pueblo o se le cuestione acerca del por qué dejó de pagar sus deudas, del por qué ya no pudo seguir pagando la hipoteca de la casa, o del por qué tuvo que recurrir a préstamos.
Todos los días, sin excepción recibimos por lo menos 3 quejas por cobros abusivos e ilegales que amenazan lo que queda de paz a las familias de la clase trabajadora, no estamos solos en la lucha, el Barzón está con Ustedes, con todos, para resistir la cobranza abusiva, mientras recuperamos la liquidez, porque por ahora nadie está obligado a lo imposible.
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