Andrés Manuel López Obrador fue siempre él y su circunstancia.
Y en esa circunstancia donde el fin justifica los medios, se irá con sus reformas constitucionales empujadas a sangre, sudor, lágrimas y oratoria fijada en las mañaneras, donde desbarrancó con sus cotidianas criticas cargadas de insidia, verdades a medias o mentiras totales, la narrativa de los dos poderes restantes, el legislativo y judicial, que terminaron en la buchaca del tabasqueño y que le permitirán a Claudia Sheinbaum Pardo ser una presidenta poderosísima… si se pliega a su férula transexenal.
El presidente Andrés Manuel López Obrador inició su sexenio el 1 de diciembre del 2018, a contracorriente de muchas voces que decían que estaba tocado del cucharón después de infartarse en el invierno de 2013, producto del estrés de conformar un movimiento social que ahora domina todos los espacios políticos, legislativos y gubernamentales de este país.
El domingo 23 de abril de 2023, AMLO informó que había contraído COVID-19 por tercera vez desde el inicio de la pandemia, un hecho que rápidamente suscitó rumores sobre su estado de salud. Informes de un diario local en Yucatán indicaron que el presidente había sufrido un desmayo asociado a un paro cardiorrespiratorio durante su estancia en el estado, se especuló entonces que era un segundo infarto.
Sin embargo, pese a su indisciplina alimentaria porque no renunció nunca a la comida de su tierra, a base de tamales y atoles, el presidente terminará su sexenio como el presidente más popular en la era moderna, con un 61.2 por ciento de aprobación según el TrackingPoll de El Economista o con un 72.6% de popularidad según sondeo del periódico Milenio del lunes 2 de septiembre.
“Tras 24 años de alternancias presidenciales, los ciudadanos decidieron refrendar su apoyo al movimiento obradorista, dándole no sólo un sólido respaldo a Claudia Sheinbaum, sino otorgándole a Morena y sus aliados la mayoría de los votos para el Congreso, con lo que podrán impulsar las reformas legislativas propuestas durante la campaña electoral”, escribió Salvador Frausto en el referido periódico.
Después del voto a favor de su reforma al Poder Judicial, otorgado por el senador 86 de la causa morenista, Miguel Ángel Yunes Márquez, Andrés Manuel López Obrador remachó su pragmatismo político y deshizo el entramado político judicial que armó en las mañaneras y a través de Cuitláhuac García en torno a una persecución judicial en contra del patriarca del yunismo azul, bajo la premisa que el fin justifica los medios.
Muchos opinólogos de la cosa pública se desgarraron las vestiduras en la interpretación hermenéutica y semiológica respecto a que Miguel Ángel Yunes Linares fue doblado por el poder totalitario del presidente Andrés Manuel López Obrador, bajo el argumento que la ausencia en el pleno del senador emecista Daniel Barreda, quien se ausentó de la votación de la reforma judicial, aseguró que su sufragio hubiera sido en contra y ratificó que seguirá en el partido naranja.
En el plan B, el senador del MC blandió el argumento infinitivo del “hubiera”, por tanto, su ausencia daba una salida alterna en el pase de la reforma.
La especulación, deporte favorito de los políticos, politólogos y aprendices de Mandrake, indica que jamás hubo pleito, que la persecución policiaca contra los Yunes sólo se circunscribió en que la Fiscalía General del Estado de Veracruz a cargo de Verónica Hernández Giadáns le asignara un par de médicos que le checaran las vértebras cervicales a Miguel Ángel Yunes Márquez, quien no fue molestado ni siquiera con una citación judicial efectiva a los juzgados de Pacho Viejo.
La oratoria presidencial de AMLO que se refirió a la Torre Centro como un adefesio de 24 pisos que afea el entorno histórico del edificio del faro Venustiano Carranza, fue tan solo recurso discursivo para llenar las mañeras que ofreció en el Puerto de Veracruz, en maniobra por sostener el rating de estos maratónicos soliloquios.
Otra vez la visión retorcida de que el fin justifica los medios.
El encarte de los Yunes en la cúpula del Movimiento de Regeneración Nacional, restregado este miércoles con el posteo de una fotografía donde se observa a la presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo, flanqueada por Adán Augusto López Hernández y Miguel Ángel Yunes Márquez, con pie de foto incluida en la difusión profusa por los jilgueros yunistas, que encerraba en dos lacónicos párrafos el verdadero mensaje político, volvió a cimbrar al morenismo veracruzano.
“Me reuní con la Doctora Claudia Sheinbaum para desearle mucho éxito en su gestión como primera Presidenta de México”.
“Aprecio mucho la participación del Senador Adán Augusto López Hernández, Presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República”, escribió el senador 86 de la causa reformista en Morena.
Aquí en la aldea, estos movimientos políticos, han cambiado el mapa geopolítico, sobre todo en la elección municipal donde quienes aspiran ser candidatos a las alcaldías de Veracruz y Boca del Río –últimos reductos yunistas- se pelean entre sí en una guerra sorda, en las cañerías de las colonias populares, la aceptación de los simpatizantes de Morena.
Ya nadie está seguro de nada, en vigencia brutal del aforismo acuñado por Juan Maldonado Pereda, quien decía que en política los más seguro es lo inseguro.
Todo puede pasar.
En política no hay sorpresas; solo sorprendidos.
Ante los mensajes telegrafiados desde el altiplano, aquí en Veracruz, Norma Rocío Nahle García ha dicho hasta el cansancio, a los cuatro vientos que en Morena Veracruz hay un NRDA en la puerta de Esteban Ramírez Zepeta, dirigente estatal, quien ha salido a decir que los Yunes no son bienvenidos al movimiento, a contrapelo de lo declarado por Gerardo Fernández Noroña, presidente del Senado, quien deslizó la posibilidad de “darle cobijo” a los Yunes en el equipo magenta.
En estos vaivenes, Cuitláhuac García Jiménez no descartó reunirse con el senador Miguel Ángel Yunes Márquez, en aras de la cordialidad política.
Será un cambio de sistema como preconiza la cuatrote; sin embargo, la vieja fórmula de tragar sapos sin hacer el menor gesto, sigue vigente.
Aún quedan muchos trucos en el sombrero de palma tropical del presidente.
…de otro costal.
Arantxa Zamitiz Sosa, alcaldesa de Soledad de Doblado, es señalada de proteger y dar protección a sujetos de pasados tormentosos que operan una estación de radio ilegal en su municipio.
Un grupo musical llamado “Los Makacos de la cumbia”, originarios de la comunidad de Mata Cazuela de ese municipio, dicen contar con todo el apoyo de la alcaldesa Morenista para instalar una frecuencia de radio apócrifa.
Zamitiz Sosa no solo ha permitido ser golpeada y humillada por su esposo el presidente del DIF Municipal, Alan Aguirre Lagunes, si no que hoy ha dado alojamiento, y dispuso de un local en el mercado Miguel Hidalgo de la cabecera para la operación de una estación de radio con contenido vulgar, operada por músicos sin preparación en comunicación, comandados por r Javier Salgado Cessa.
El Instituto Federal de Telecomunicaciones ya tiene conocimiento de este hecho y tomará cartas en el asunto de la frecuencia aparentemente ilegal.
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